Con un total de 27 monoplazas inscritos a tiempo completo, en Penske Entertainment pueden sentirse orgullosos de tener una parrilla considerable tomando en cuenta las limitaciones tecnológicas que suele ofrecer la IndyCar con respecto a otras categorías de monoplazas a nivel mundial. Los costos tan bajos y la exposición mediática suelen generar interés, tanto que en la organización se han presentado otras solicitudes para ingresar a la serie, lo que llevaría a extender el número de coches a 29 o más de ser aprobadas, en vista de que varias provienen de equipos muy serios que cuentan con un gran respaldo a sus espaldas.
Para disputar una temporada completa en la IndyCar se requieren de aproximadamente de entre 6 a 8 millones de dólares por coche, menos de lo que cuesta competir en la NASCAR Cup Series y ni hablar de lo que se requiere para estar en la Fórmula 1. La introducción de motores híbridos esta temporada y la actualización de chasis que viene en camino hacen de la IndyCar una categoría interesante para equipos que hacen vida en series de formación en Europa y por tal razón se advierte la presencia de la organización PREMA entre los interesados en unirse a la categoría americana. Se tiene la certeza de que representantes de PREMA, que están en los Estados Unidos con la operación Lamborghini-Iron Lynx en la IMSA, firmaron un contrato de arrendamiento de motores Chevrolet con especificación IndyCar para dos monoplazas, así que se espera un anuncio al respecto en cualquier momento.
También en las oficinas de Penske están las solicitudes de Abel Motorsports, que participó en la pasada edición de las 500 Millas de Indianápolis. El equipo ya tiene un monoplaza en su poder, es decir un chasis Dallara DW12 propio, cuenta con el personal necesario para atenderlo y un contrato con Chevrolet. Otra organización que ha mostrado interés en la IndyCar es la reconocida Pratt & Miller Motorsports, encargada por años del programa Corvette Racing en la IMSA, por supuesto que su participación en la IndyCar tendría el aval de Chevrolet, así que en este punto se estaría hablando de que los nuevos equipos van de la mano del fabricante de Detroit, lo que concedería un mayor equilibrio entre proveedores porque Honda actualmente asiste a 15 equipos.
Sin duda, la incursión de PREMA luce como la más interesante debido a su estructura de formación de pilotos, ya que le concedería a la IndyCar una posición de privilegio para evaluar a sus jóvenes talentos, siendo esta categoría mucho más complicada que la Fórmula 2. Quedaría entonces en manos de la IndyCar proporcionar la logística necesaria para que 30 monoplazas no solamente estén en las pistas sino que también exista espacio disponible para atender tal cantidad de coches en los boxes y además garantizar el traslado y permanencia de los equipos a cada circuito.
En palabras de Jay Frye, presidente de la IndyCar:
En 2017, cuando desarrollamos el plan quinquenal, uno de los objetivos era incorporar nuevos propietarios y equipos. En ese sentido, el plan ciertamente ha funcionado. Y no se trata solo de nuevos equipos, sino de la calidad de los equipos y entidades que quieren competir con nosotros, lo cual es genial. Obviamente, Honda y Chevrolet hacen un trabajo fenomenal, pero ciertamente están acercándose al punto de quedarse sin la cantidad de equipos a los que pueden apoyar.
Vía RACER