Ahora como dueño de la IndyCar, Roger Penske debe establecer planes de expansión y uno de ellos es contar con una diversidad de opciones en cuanto a motores. Aunque será complicado volver a esos tiempos de la CART cuando Ford, Toyota, Mercedes y Honda coexistían, lo cierto es que la categoría requiere del compromiso de al menos otro proveedor. En tal sentido, Bud Denker, vicepresidente de Penske Automotive Group Inc, señaló que lo primero que hará es asegurar la presencia a largo plazo tanto de Chevrolet como de Honda para luego intentar convencer a otras marcas.
El último proveedor de motores que estuvo en la IndyCar antes de establecerse la actual dualidad fue Lotus y sus propulsores no estaban al nivel de sus competidores. Tomando esa lección como antecedente, Denker sustentará su plan en lo atractivo que puede ser un motor V6 de 2.4 litros con doble turbo y sistema híbrido estándar para las marcas que hacen vida en los Estados Unidos. En el plano comercial, Penske mantiene sociedad con varios fabricantes a través de la gran concesionaria Penske, así que la comunicación directa no debería resultar un inconveniente.
Para Roger Penske y los suyos traer otro motor a la IndyCar será una tarea pendiente que dejaron Jay Frye y Mark Miles, antiguos responsables de la categoría. Ambos sostuvieron reuniones con potenciales proveedores de motores pero no lograron sellar un acuerdo en gran parte porque al ser la IndyCar una competición netamente estadounidense, no resultaba tan atractiva para los mercados internacionales.
La IndyCar cuenta con 24 monoplazas y dos proveedores de motores, la idea es introducir un tercero para dividir la carga equitativamente a partir de 2022, así sería más rentable el modelo de negocio. Denker desestimó la opción de que Penske sea ese tercer proveedor, a través de Ilmor, puesto que no es conveniente para efectos del deporte que también se vendan como fabricante. Con el trabajo sobre la marcha, confía en que en los próximos meses se consolide la relación con Chevrolet y con Honda para posteriormente proseguir con los planes de expansión puesto que no tiene sentido hablar con hipotéticos candidatos y al mismo tiempo descuidar a los actuales socios que están invirtiendo en la categoría.
En palabras de Bud Denker:
El primer paso es lograr que los contratos de Chevrolet y de Honda se hagan a largo plazo; una vez que hagamos eso, podremos partir. Nuestra conexión con los fabricantes es amplia, tenemos la oportunidad de salir y perseguir a otro u otros para que vengan a la IndyCar, pero no podemos hacerlo hasta asegurar tener a los dos primeros. Diría que estamos cerca de eso, es un sentimiento muy positivo.
Vía | Racer