En algunas horas, la NASCAR cup Series cerrará su temporada en el óvalo de Phoenix. Allí Ryan Blaney, Joey Logano, Tyler Reddick y William Byron definirán el título entre los pilotos, en medio de muchas polémicas que envuelven a la serie de stock car más popular de los Estados Unidos. El pasado mes de octubre, representantes de los equipos 23XI Racing y Front Row Motorsports presentaron una demanda antimonopolio contra Jim France tras no estar de acuerdo con los beneficios que trae el sistema chárter al propietario de la organización, solicitud de orden judicial que fue denegada este mes por un juez federal.
Posteriormente, a principios de este mes, en el óvalo de Martinsville Speedway, la NASCAR impuso sanciones, por el orden de 100.000 dólares, pérdida de 50 puntos para piloto y propietario de equipo, y suspensión de una carrera para los jefes y ejecutivos, por adulterar resultados. Tras revisar las comunicaciones vía radio se confirmó que Bubba Wallace, piloto de 23XI Racing, Austin Dillon, piloto de Richard Childress Racing, y Ross Chastain, piloto de Trackhouse Racing, tuvieron influencia en los resultados. Resultó evidente, a través de la transmisión televisiva, que en las últimas vueltas de la carrera, Dillon y Chastain se colocaron detrás de William Byron sin amenazar su puesto, es decir lo estaban escoltando para que alcanzara un lugar en la final, impidiendo además que otros pilotos se aproximaran a Byron. Por otra parte, Christopher Bell, quien estaba por detrás de Byron en la clasificación por apenas un punto, era estorbado por Wallace, quien inclusive llegó a frenar bruscamente delante de Bell, luego informó que sufrió un pinchazo, lo que fue desestimado tras una posterior revisión.
El ritmo de Wallace llegó a ser hasta tres segundos más lento que los pilotos de punta, así que Bell permaneció atrapado, hasta que realizó una maniobra temeraria pegado al muro y logró pasar a Wallace para conseguir el punto que requería para acceder a los aspirantes al título, alegría que solo duraría menos de media hora ya que los comisarios penalizaron a Bell y por tal razón no estará entre los cuatro mejores este fin de semana. Toda esta situación hizo que estallaran las redes sociales contra la NASCAR al considerar que el actual formato de playoffs es demasiado injusto porque los mejores de la temporada, Kyle Larson acumuló seis victorias y Christopher Bell finalizó en 22 ocasiones entre los diez mejores, no están entre los cuatro pilotos que van por el título, inclusive ninguno de los aspirantes se ha mostrado como merecedor de la corona porque no encabezaron ninguna estadística destacable a lo largo de un calendario de 26 fechas.
En palabras de Steve O’Donnell, director de operaciones de la NASCAR:
El formato es una cosa, pero no vamos a alejarnos de los playoffs. Leemos las quejas de los fanáticos, pero los playoffs en sí mismos… no se puede discutir la calidad de las carreras que han brindado. El formato es el formato, siempre estamos buscando si hay oportunidades para que hagamos ajustes, que así sea. No somos el único deporte en el que el equipo con las mejores estadísticas no llega a la final o al Super Bowl o a la Serie Mundial.
Vía RACER