¿Y ahora qué? El DTM llevaba mucho tiempo tonteando con la palabra crisis y el anuncio ayer de Mercedes AMG terminó por devolverlos a la cruda realidad. La parrilla, reducida este año en seis coches a petición de los fabricantes, se quedará únicamente con dos fabricantes, los cuales deberían sostener el futuro del Campeonato Alemán de Turismos por sí mismos. La situación no es fácil, especialmente porque el ITR no tiene actualmente solución a este problema. Por delante, tienen año y medio para encontrarla antes de que Mercedes se lleve consigo a los seis C 63 AMG DTM que permanecen en competición.
Una silla con tres patas puede sostenerse, una con dos debe innovar en su diseño y formato para que toda la estructura no se venga abajo. Eso es lo que le espera al DTM, la necesidad de cambiar para volver a atraer a los equipos o permitir la llegada de nuevos privados. Con los actuales costes de la categoría, cualquiera de estas dos posibilidades parece muy difícil de conseguir, especialmente ahora, que Audi y BMW deberán evaluar si les interesa seguir en un campeonato en el que no está Mercedes-Benz, al fin y al cabo, se trata de una marca que ha estado desde los albores del ITC original.
Los mensajes del ITR en redes sociales pretenden mostrar tranquilidad, que el campeonato seguirá a flote a pesar de la desbandada de la firma de la estrella. Sin embargo, bonito “marrón” (permitidme que utilice esta expresión tal y como hice con el WEC) se ha encontrado Gerhard Berger después de tomar el mando de las series. A día de hoy, no hay ni rastro del famoso Class One, un reglamento que permitiera unificar a otras categorías como el WTCC o el Super GT facilitando a las marcas que puedan competir en los distintos campeonatos sin tener que construir un nuevo coche. Incluso, tal y como nos dijo Toyota, el DTM sigue siendo un ‘escenario’ demasiado hermético como para que estén interesados en el mismo.
Es obligatorio utilizar la palabra caos porque esa es la situación provocada por Mercedes sólo unas horas después de que, en tono de broma, el perfil de la escudería de Fórmula 1 le dijera al de Renault Sport F1 Team que había roto Internet con el anuncio de la presencia de Robert Kubica en el test de Hungría. Tampoco se puede culpar a la firma germana de buscar un campeonato que les interese más. Han prometido seguir en Fórmula 1 y aunque dejar el DTM para ir a la Fórmula E pueda ser cuanto menos polémico entre algunos sectores, está claro que el campeonato de Turismos ha dejado de ser una prioridad.
Y eso es algo que se tienen que preguntar ahora BMW y Audi. Autosport ya ha preguntado a Dieter Gass cuál es la posición de Audi, algo a lo que el sucesor del Dr. Ullrich ha contestado con evasivas y la necesidad de ‘tiempo’ para evaluar la situación.
Lamentamos la decisión de Mercedes de retirarse del DTM tras la temporada de 2018. Las consecuencias para Audi y la serie no están claras en este momento. Para Audi ser parte de un deporte internacional de turismos es una parte vital de su estrategia de automovilismo. Ahora tenemos que analizar la nueva situación con todos los involucrados para encontrar una solución o posibles alternativas al DTM.
Obviamente, la historia nos dice que es posible que dos marcas puedan mantener el DTM. Durante años, Audi y Mercedes han hecho lo propio hasta el regreso de BMW, sin embargo, tras las últimas decisiones de los fabricantes (especialmente en materia de recorte de costes) y después de Audi abandonar el WEC y con BMW desarrollando su nuevo GTE para Le Mans, se hace complicado el pedir que ambos fabricantes hagan un esfuerzo extra si el DTM no es capaz de ofrecerles nada a cambio y mucho menos pensar en una parrilla de 12 coches. Condenado a reinventarse o morir… Aunque en el historial del campeonato, ya sabemos que fue capaz de resucitar.