Esta semana se informó que General Motors cerrará cinco plantas y despedirá a unos 14700 empleados, la medida obedece a un proceso de cambios orientado a reducir costos ya que se dejarán de fabricar modelos de escasas ventas para concentrar mayores recursos y esfuerzos en la producción de coches híbridos y eléctricos. Tal decisión creó cierta zozobra entre los involucrados en los programas de competición, pero, según informó un portavoz de General Motors, no se verán afectados, así que van a mantener su presencia oficial a través de sus marcas: Chevrolet, Cadillac y Corvette en la IMSA, NASCAR, IndyCar y NHRA.
Chevrolet es uno de los dos proveedores de motor que tiene la IndyCar, el propulsor V6 de 2.2 litros y doble turbo a inyección directa se suministra a siete equipos, así que al menos 15 monoplazas en cada fecha corren con un motor Chevrolet. En la NASCAR, introdujeron el Camaro ZL1 este año y 10 equipos acordaron utilizarlo, el motor V8 de bloque pequeño e inyección directa ha sido un estandarte para General Motors, de allí que cueste creer que piensen en dejar la categoría de stock car en los próximos años.
En cuanto a la IMSA Weathertech Sportscar Championship, General Motors participa con dos programas, a través de Cadillac en la división prototipo, con el DPI VR que corre para los equipos Wayne Taylor Racing y Action Express Racing; y también a través del Chevrolet Corvette C7.R en la división GT Le Mans. Mientras en la NHRA, Chevrolet Performance suministra motores y piezas de alto desempeño para dragsters y también es patrocinador del campeonato.
Sin duda, la deserción de General Motors en alguna de las categorías en las cuales participa originaría un peligroso desequilibrio, de allí que la noticia acerca de que su programa de competición no será afectado genera tranquilidad.
Vía | Racer