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La silly season se activa de forma elevada gracias a Ricciardo y Renault

El calor fríe las mentes humanas con eficacia envidiable y la llegada del verano supone un periodo vacacional para refrescarse y refugiarse de dicho calor. La Fórmula 1 no se salva de esas pausas y desde hace años estructura sus temporadas de forma que tengan un mes de descanso en agosto, periodo generalmente tranquilo. Pero la tranquilidad en los asfaltos se ha acelerado en los despachos con distintos movimientos de pilotos, dinamitados por la marcha de Daniel Ricciardo a Renault. Los equipos van solventando sus piezas mientras la segunda mitad de temporada amenaza con echar a más de uno en el periodo entre agosto y noviembre.

Mercedes es probablemente el único equipo de la parrilla que no tiene riesgo alguno a corto plazo. Lewis Hamilton renovó hasta 2020 y Valtteri Bottas hasta 2019, anunciándose ambas firmas en el fin de semana del Gran Premio de Alemania. No hay motivo para que ambos pilotos se caigan en próximas temporadas: Hamilton sigue estando en forma y luchando por títulos mientras que Bottas va sumando bien en su papel de escudero, si bien le falta ganar carreras en 2018. Debido al sistema de cesiones y filiales entre fabricantes y clientes, el único candidato a subir a un Mercedes es Esteban Ocon, cuya entrada sería válida por la velocidad demostrada aunque cuenta con las dudas del posible papel a desempeñar al ser de un perfil ofensivo parecido al de Hamilton.

Ferrari no suele ser carne habitual de habladurías durante años pero se ha acrecentado el murmullo. El asiento libre no es el Sebastian Vettel, líder indiscutible de la Scuderia y renovado hasta 2020, sino el de Kimi Räikkönen. El don de la oportunidad no es afortunado en el finlandés, que está ejecutando su mejor temporada desde que fue campeón en 2007 y sin embargo está más fuera que dentro de Maranello. Charles Leclerc es el único nombre que suena para reemplazar a Räikkönen, que empieza a ver como el tiempo se le agota con 38 años y aún así puede disponer de la baza de la estabilidad siempre imperante en Ferrari. Es posible que el equipo italiano prefiera mantener a Räikkönen aún sin victorias para tener un segundo asiento sólido a la espera de que explote el talento de Leclerc.

Red Bull es la primera gran incógnita oficial de forma involuntaria, ya que el fichaje de Ricciardo por Renault ha cambiado el panorama de buena parte del mercado. Max Verstappen será el líder del equipo austriaco hasta 2020 y la experiencia que el holandés irá ganando le pone en una situación favorable a la espera del rendimiento del motor Honda. Cualquier nuevo compañero tendrá que partir contra un piloto que ya conoce todo excepto el propulsor japonés y se espera que los principales contendientes sean Carlos Sainz y Pierre Gasly. El madrileño es la primera opción y su no continuidad en Renault le deja bien situado para una reunión con Verstappen, aunque el buen rendimiento del francés no ha pasado desapercibido en una escudería habituada a movimientos imprevistos.

Renault es el centro de todas las miradas después de dar el asalto definitivo a sus opciones a corto plazo con la contratación de Ricciardo. Nico Hülkenberg será el compañero del australiano y ambos formarán una pareja temible con dos intenciones en teoría distintas: el ex de Red Bull querrá cuanto antes un arma para luchar por victorias, mientras que el alemán querrá dar el salto definitivo a la zona alta de la parrilla y obtener esos esquivos triunfos. La llegada de Ricciardo deja sin asiento a Sainz, que estaba cedido por la marca de la bebida energética y cuyo rendimiento desigual habrá decantado la balanza, y a un Ocon que ya estuvo vinculado a Renault y negoció un teórico regreso a la escudería del rombo ante la precaria situación económica de Force India.

Haas ha pecado de mayor irregularidad como equipo a pesar de disponer en varias ocasiones del mejor coche más allá del «Big 3» establecido. Sin embargo la situación de sus dos pilotos no podría ser más distinta. Kevin Magnussen ha brillado en el equipo estadounidense y su renovación se da más que por hecha, más allá del hecho de no disponer de más equipos a los que ir. Mucho más complicada tiene su continuidad Romain Grosjean, hundido en la clasificación con un muy mal comienzo de temporada y superado constantemente por un compañero más joven. No es descartable que Gene Haas prefiera la estabilidad en su alineación, pero parece que Leclerc es un claro candidato a reemplazar al francés si Ferrari busca una mejor preparación del monegasco.

Force India ha sido noticia recientemente por sus múltiples problemas económicos y ahora cuenta con una incógnita más placentera dentro su alineación para 2019. Lawrence Stroll compró el equipo indio después del GP de Hungría y es muy probable que su hijo Lance desembarque en la escudería la próxima temporada, hecho que deja dudas en el posible segundo asiento. Y es que aunque Ocon está yendo más rápido que Sergio Pérez y tiene más futuro a largo plazo (además de disponer de una ayuda en forma de apoyo de Mercedes), el mexicano aporta un dinero vital ya innecesario para Force India y podría servir de mentor a Stroll si fuera necesario. Se amplían así las posibilidades a falta de que Stroll cambie de aires como se espera.

McLaren es otro de los culebrones habituales y más con la no resolución del futuro inmediato de Fernando Alonso. El asturiano goza de carta blanca para seguir en Fórmula 1, irse a IndyCar o dejarlo todo si quisiese y sigue intentando mantenerse en la élite mundial al mismo tiempo que comanda un barco perdido. Stoffel Vandoorne no tiene su continuidad garantizada y es probable que el belga salte de la embarcación de Woking si McLaren tienta a otros pilotos, como parece ser que ha hecho en una sorprendente conversación con Räikkönen y en una menos extraña con Sainz. El madrileño es una pieza cotizada y bien podría llegar a Woking si no se va a Red Bull, ya sea con Alonso, Vandoorne o el prometedor Lando Norris.

Toro Rosso forma otra pareja de pilotos llena de misterios de cara a 2019. Gasly podría ascender a Red Bull para ser compañero de Verstappen y apenas tiene un año más que el holandés, formando así un dúo cuya única resolución extraña vendría con el motor Honda; el francés conoce el propulsor nipón y podría ser de mayor ayuda que Sainz. Brendon Hartley llegó al equipo de Faenza como solución provisional después de las marchas de Sainz y Daniil Kvyat y está rindiendo por debajo de lo esperado aunque no debería sufrir por su continuidad. Si Gasly se va a Red Bull ha surgido la idea de Norris, intercambio por el fichaje de James Key por McLaren ante la imposibilidad de Dan Ticktum (sin suficientes puntos de Superlicencia).

Sauber tiene menos problemas para llenar sus dos volantes, más que nada por disponer de menos candidatos teóricos. Leclerc ha sacado el potencial a un coche mejorado y poco consistente, situándose de forma automática en la órbita de Ferrari. El posible loco intercambio entre el monegasco y Räikkönen no debería ser una opción a ejecutar y sí que habría que plantear el punto en que Leclerc siga un segundo año en el equipo suizo para ganar experiencia. Los otros dos grandes candidatos a pilotar para Sauber en 2019 son Marcus Ericsson, que arrastra consigo un año anodino, y un impaciente Antonio Giovinazzi que espera dar el salto definitivo a Sauber o a Haas después de dos temporadas de espera.

Williams es probablemente el equipo con más candidatos. Habría que descartar salvo sorpresa a un Stroll en dirección a Force India, hecho que debería garantizar la renovación de un discreto Sergey Sirotkin. El ruso aún no ha sumado puntos con un coche mediocre que no ayuda a un rookie y el poco apetecible segundo asiento en Grove tiene nuevos inquilinos de rumores. Ocon y Pérez son dos posibles poseedores si se van de Force India y George Russell podría disponer de una gran oportunidad de debut si se proclama campeón de Fórmula 2. Tampoco hay que cerrar la puerta a la historia de superación de Robert Kubica ni al probador Oliver Rowland, que dispondría así de un coche en la máxima categoría del automovilismo mundial.

En resumidas cuentas, no hay nada extraordinario más allá de la multitud de rumores, dimes y diretes de años precedentes. Hay un par de veteranos cerca del asilo mediático, muchos jóvenes con dinero y/o apoyo de marca, unos cuantos pilotos imprevistos que complementan a los cuestionados, algún que otro estrambótico que busca su oportunidad y unas pocas piezas seguras. Sainz, Ocon, Gasly y Leclerc son los agentes libres más cotizados de los que ya están dentro de la Fórmula 1, un campeonato que suele resolver los futuros de sus pilotos antes de acabar la temporada. Se esperan pues unos locos meses de agosto a noviembre en busca de las mejores garantías para 2019.

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Héctor Sagués

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