La organización Supercars anunció que entregará los derechos de gestión de la SuperUtes Series a los propietarios de los equipos y además va a introducir un reglamento en el cual se van a prohibir los motores turbo diésel, mismos que serán sustituidos por V8 aspirados. Este cambio resulta un tanto desconcertante puesto que la mayoría de las camionetas que participan en el campeonato utilizarán un motor que no estará disponible para la versión comercial.
Los motores turbo diésel han sido utilizados durante las dos primeras temporadas del campeonato, pero al parecer tales propulsores no han entusiasmado al público. La mayor parte de los espectadores que acude a los circuitos quiere motores V8 en las camionetas y justamente por ese pedimento es que se ha realizado el cambio. No es la primera ocasión en la que una categoría australiana acude al V8 como salvación, el Supercars tenía planificado introducir motores V6 turbo a partir de este año, pero la aparición del Ford Mustang, que entró para sustituir al Falcon, provocó que no procediera tal normativa.
La SuperUtes Series es un campeonato telonero del Supercars, pero, a diferencia de la categoría de turismos, hay mayor presencia de marcas y modelos en la competición: Holden Colorado, Toyota Hilux, Ford Ranger, Isuzu D-Max, Mazda BT-50 y Mitsbushi Triton, todas pick ups en su versión de doble cabina, conforman la parrilla. En tal sentido habría que esperar a ver cómo será el cambio de motores porque al parecer la opción más popular entre varios de los dueños de equipos es el Small Block Chevrolet LS.
En palabras de Shane Howard, Jefe de Operaciones del Supercars:
El Supercars ayudará en la transición hacia un campeonato independiente, incluido el suministro de todos los datos técnicos e información comercial, esperamos que sigan siendo parte del programa de categoría de soporte.
Vía | Speedcafe