No seremos nosotros los encargados en tratar de locos a todos aquellos que deciden afrontar este tipo de proyectos, principalmente porque somos nosotros a los primeros que nos encantan, aunque somos conscientes de que los más puristas no verán precisamente en un Lamborghini un coche para salirse del asfalto y recalar sobre la tierra, menos aún la de un circuito de Autocross. Stefan Windschiegl era un hombre con una idea en mente. Dispone de los recursos económicos como para comprar un coche ya preparado y ponerse a competir, pero en su caso, este testarudo alemán quería algo más especial.
No os engañaremos, está claro que tener un coche con tracción total no siempre lo hace apto para competir a su volante sobre estas superficies, por lo que encontrarnos con un Lamborghini Gallardo con suspensiones elevadas, ruedas de tierra y pegándose con otros coches en los circuitos del Campeonato Alemán de Autocross es algo que sorprende a prácticamente cualquier aficionado al motor. Puede parecer simplemente una silueta atractiva con la que llamar la atención de los patrocinadores, sin embargo, en los pocos vídeos que se pueden ver del coche, se puede apreciar que se han mantenido en la medida de los posible elementos originales, aunque sin llegar a ver si estamos 100% frente a un chasis tubular creado ex profeso.
Lo que sí está confirmado es que el motor del Lamborghini de Autocross es el V10 del Grupo VAG que empleaba el deportivo italiano, en este caso puesto a punto por la compañía neerlandesa Emming Motorentechniek, la cual se ha encargado de poner a punto el propulsor con el objetivo de que se aproveche todo el potencial en pistas en las que difícilmente se puede llegar a engranar la cuarta marcha.
Con el Campeonato teutón puesto en pausa por la pandemia, Stefan ha realizado alguna prueba durante este mes para ir poniendo a prueba su montura frente a otros vehículos de la clase 7, los cuales no parecen haberle dado una bienvenida demasiado calurosa a tenor de lo visto en la final disputada hace unos días. Con el cambio de la posición de los escapes a la franja intermedia entre ambas ópticas posteriores, no sería de extrañar que se puedan convertir en un blanco fácil para aquellos rivales con peores intenciones. Por ahora, las llamaradas que brotan del mismo en las reducciones se convierten en todo un placer para los sentidos.
Los problemas también han comenzado a salir a la superficie, especialmente en lo que se refiere a la transmisión, ya que en más de una ocasión se ha quedado únicamente con tracción trasera, lo que lo convierte en un gran problema si tenemos en cuenta que el motor sigue empujando muy fuerte y el par pasa a entregarse en un único eje. En resumidas cuentas, un auténtico Frankestein con acento de la Toscana que a nadie le hubiera extrañado si se hubiera tratado de un proto ligero con chasis tubular y motores de motocicleta como ya hemos visto en España con modelos como los creados por YaCar.
Fotos | Frank Moczarski y TH-Motorsport