Es más difícil de lo que parece categorizar la temporada de debut de Lance Stroll. El canadiense desembarcó en Williams en medio de un aluvión de críticas, con el añadido de contar con Felipe Massa como compañero de equipo improvisado ante la inminente necesidad de un piloto experimentado que acompañase a Stroll tras la retirada de Nico Rosberg. La velocidad del joven piloto de Montréal quedó demostrada en el Europeo de Fórmula 3 en 2016, pero esa rapidez se vio a cuentagotas en 2017.
El podio que consiguió en Bakú, a pesar de perder la segunda posición con Valtteri Bottas en la línea de meta, fue el punto álgido de una temporada de debut compleja en un coche irregular. Stroll se quedó a apenas tres puntos de Massa y mostró varias contradicciones en su rendimiento: llegó a superar a Massa cuando el coche se adaptaba bien al circuito dónde compitiese, pero las excesivas caídas en las Q1 y la falta de ritmo general le hundieron en los trazados malos. Hay que añadir que el canadiense sumó puntos en apenas siete carreras, mal registro teniendo en cuenta que Massa puntuó hasta en 13 ocasiones.
Jacques Villeneuve es uno de los críticos más fervientes de Stroll, con quien ya se ha enfrentado de forma dialéctica en otras ocasiones. Para el campeón de 1997, su compatriota ha realizado una temporada «patética», a lo que Stroll prefirió contestar que sus actuaciones han silenciado a los críticos. «Es problema de aquellos que no quieran ver la mejora, aunque obviamente no he corrido cómo lo he hecho para demostrar nada. Me veo capaz de realizar mi trabajo junto a los mejores pilotos del mundo», explicó el canadiense.
«El año ha sido bueno. Hemos conseguido buenos resultados, hubiera firmado en pretemporada acabar el año con 40 puntos y en la zona media de la clasificación. Pero obviamente hay que trabajar para mejorar nuestro rendimiento de cara a 2018 y eso tendrá que hacerse durante el invierno. La experiencia de este primer año ayudará en todo lo que se pueda realizar», comentó Stroll.
