El Mundial de Rallyes está plagado de anécdotas. Muchas de ellas quedan prácticamente en la memoria de unos pocos que las pudieron vivir desde dentro y otras, por fortuna, terminan saliendo a la luz con el paso de los años. En plena era de YouTube y de la información a través de las redes, nos encontramos con una plataforma perfecta para la divulgación de las mismas entre el público en general y medios como el canal de Goodwood se han convertido en toda una fuente imperdible para conocer todo este tipo de detalles. Entre ellos, podemos ver cosas tan curiosas como la que os traemos hoy: ¿Por qué los Lancia Delta Integrale llevaban un machete cuando competían en los noventa?
La historia viene de la mano de Stefano Macaluso y su colección privada. En medio de Torino más rural se encuentra unas instalaciones donde se pueden encontrar hasta 35 coches de competición, incluyendo el Ligier JS11 con el que compitió Jaques Laffite, un Ferrari F40, un Lancia 037, un Audi Quattro Gr.4, un Lancia LC1, un Fiat X1/9, e incluso uno de los Toyota Celica GT-Four Gr.A empleados por Carlos Sainz y Luis Moya, decorado en este caso con la misma imagen con la que el dúo español se coronó por primera vez Campeones del Mundo en Gran Bretaña, pero que si miramos a los registros de matrículas sería el empleado por la pareja en Nueva Zelanda.
Aunque ahora la colección ha pasado a manos de Stefano, los secreto para que haya tantas joyas reunidas es que su propietario original fue ni más ni menos que Gino Macaluso, el antiguo piloto oficial de Abarth/FIAT, Campeón de Europa de Rallyes en 1972, el cual pasaría después también a puestos directivos dentro del ACI, convirtiéndose posteriormente en presidente de la Federación Italiana. Incluso formó su propio equipo ya en el Siglo XXI dentro del JWRC, razón que explica que entre la colección se encuentre el inconfundible Fiat Punto Rally S1600 que empleó Andrea Dallavilla.
La historia de los machetes en el Rally Safari:
Sin embargo, entre las cosas más curiosas dentro de la colección se puede encontrar un Lancia Delta Integrale con las especificaciones Safari que fue empleado por Juha Kankkunen y Juha Piironen para terminar segundos en la edición de 1992. El coche, que fue comprado directamente a Lancia tuvo que ser restaurado, cambiando el techo por uno nuevo ya que la unidad original que había empleado el tetracampeón del Mundo había volcado durante la prueba africana, por lo que Macaluso pidió que se sustituyera la parte superior original, la cual se conserva en un lugar del taller de la familia como recuerdo.
Lo más anecdótico se encuentra dentro, ya que como todos sabemos, competir en el Rally Safari era toda una aventura completamente ajena al desarrollo del resto del Mundial. Pilotos y copilotos podían competir en camiseta, sin la parte superior del traje ignifugo por las altas temperaturas que se daban dentro del habitáculo. En el cielo les acompañaba un helicóptero que les advertía de posibles encontronazos con fauna, algo que era entrenado antes de competir para que hubiera una perfecta comunicación entre los pilotos y el spotter del equipo que les vigilaba desde el aire junto a los experimentados pilotos que debían evitar asustar al animal y que este se metiera aún más en el tramo. Todo ello era especial, incluido el equipamiento, refuerzos, luces adicionales, tubos de protección, snorkel para la admisión y demás elementos que se empleaban de forma excepcional para correr en el Safari.
Entre todos esos kilos extra nos encontrábamos a veces piezas completamente rocambolescas cuando hablamos de un coche de rallyes, y entre ellas el machete que protagoniza este artículo, al fin y al cabo, una herramienta que podía ser empleada para cortar pequeños arbustos o vegetación en caso de salida de carretera. Debemos recordar que era muy complicado encontrar aficionados en el Safari, por lo que en muchas ocasiones los competidores debían esperar mucho tiempo en caso de quedarse tirados en algún punto, por lo que también les podía servir como protección ante ataques de animales salvajes en el peor de los casos.
Unos años antes, Pat Moss, hermana de Sir Stirling Moss y piloto de rallyes, también reconocía que en su coche llevaba un panga como medida disuasoria de posibles robos de bandas locales y que en alguna ocasión llegó a temer al ver cosas brillantes empuñadas por algunas personas de los pueblos que finalmente resultaron ser únicamente trozos de aluminio arrancados de otros coches que también habían abandonado.
Sin duda, se convierte en otro de ese equipamiento característico que solo se pueden encontrar en algunas citas determinadas, como las famosas palas para quitar nieve que llevan en Suecia para cavar cuando se quedan atrapados en la nieve o las tapas para cerrar el flujo de aire en citas con temperaturas muy bajas, como el propio rally escandinavo o en Gales.