Puede descansar tranquilo Timo Mäkinen. El considerado como el precursor de la saga de los “Flying Finn” fallecía hace sólo unas semanas, dejando a todas las generaciones de pilotos y aficionados huérfanos. No es fácil estar en una prestigiosa lista en la que nos encontramos con nombres tan importantes como los de Markku Alén, Marcus Grönholm (bicampeón del WRC), Jari-Matti Latvala (piloto más joven en ganar un rally del WRC), Tommi Mäkinen (tetracampeón), Keke Rosberg (campeón de F1), Mika Häkkinen (bicampeón), Kimi Räikkönen (campeón de F1), Ari Vatanen (campeón del WRC en 1981), Juha Kankkunen (tetracampeón) o la leyenda de Henri Toivonen.
Durante años, Mikko Hirvonen, Juho Hänninen o el propio Jari-Matti Latvala han intentado seguir la senda marcada por los más veteranos de este prestigioso club con más o menos suerte en su tarea. La tiranía de los últimos 13 años ejercida por los pilotos de la escuela francesa ha sometido bajo el yugo de la marsellesa a todos y cada uno de los que estaban llamados a recoger el testigo de Marcus Grönholm, el cual también sufrió en parte la etapa dictatorial de Sébastien Loeb, la cual le dejó en el dique seco desde el título que cosechó en 2002.
Ni el ya ex-piloto del WRC, ni los dos actuales hombres de Toyota fueron capaces de poner contra las cuerdas a los dos Sébastien, llegando incluso a representar una de las eras más bajas para los finlandeses voladores. Una década y un lustro sin títulos de pilotos, la sequía más larga para el país que hizo que algunos incluso cayeran en la desazón al no ver en el futuro un recambio claro.
Esapekka Lappi parecía anclado en el WRC2, Jarkko Nikara, uno de los productos de la Pirelli Star Drivers, desaparecía del panorama internacional, mientras que Hänninen no tenía asiento oficial y Jari-Matti Latvala veía como el programa de Volkswagen en el Mundial de Rallyes llegaba a su fin y él tenía que decir adiós a la que parecía ser su gran oportunidad de ser campeón, al volante del mejor coche del Mundial y con las mismas armas que Ogier.
En aquella época, parecía que era la cantera francesa la que no tenía límite, saliendo nombres de la misma como Stéphane Lefebvre, Quentin Gilbert o Sébastien Chardonnet, dominadores en las categorías inferiores de los principales campeonatos internacionales como el ERC o el propio JWRC. Era absolutamente inagotable y la contundencia con la que Ogier y Loeb cosechaban los títulos más allá de momentos puntuales de tensión como los de las temporadas 2006, 2008 y 2011.
Sébastien Ogier ponía el empate al final de la temporada 2016, cuando conseguía para Francia el 14 título de pilotos en el que él mismo, Loeb y Auriol han aportado todos los entorchados, mientras que, en el caso de los norteños, eran Salonen, Mikkola, Vatanen, Alén, Mäkinen, Kankkunen y Grönholm los que acumulaban todos los campeonatos de pilotos conseguidos por los ‘flying finn’.
Después de 13 años de monologo por parte de los pilotos galos y con Sébastien Ogier ejerciendo un dominio apabullante, no se apreciaba luz al final del túnel. Por fortuna, parece que la universidad de Jyvaskyla tiene nuevos aprendices y visto lo visto, alguno ya se ha ganado las alas. Tal y como nos reconocía recientemente Jari-Matti Latvala en una entrevista, el futuro de los finlandeses voladores ha comenzado a brillar, algo que tras demostraciones de fuerza como la vista este pasado fin de semana en el 1.000 Lagos, es indiscutible.
Para mí, el futuro de los pilotos finlandeses se ve positivo y no tengo dudas de que algunos de estos jóvenes pilotos llegarán y será bueno para el futuro. Son muchos los años que el título pertenece a Francia, pero también creo que algún día el título volverá a Finlandia. Demasiados Sébastien… (risas).
Esapekka Lappi y Teemu Suninen ya están aquí:
Empezando por el ganador de su primera prueba en el Mundial. Esapekka Lappi confirmó este mismo fin de semana que está en disposición de ganar a los más grandes y su victoria, por eliminación del rival, no le debe restar ningún mérito. Estuvo en el lugar adecuado en el momento justo y a partir del KO de Latvala por la dichosa ECU, administró su ventaja como un veterano, como alguien que hubiera estado en esta situación en más de una ocasión y culminó algo que a muchos les cuesta años.
Cuatro rallyes, nueve scratchs e incluso una victoria de Power Stage, todo ello en pruebas tan distintas como Finlandia o Cerdeña. Ha nacido una estrella y está dispuesta a demostrarle a Tommi Mäkinen que estos meses en el dique seco han sido una gran pérdida. Llegamos al asfalto, superficie en la que en el pasado se ha mostrado muy competitivo, tanto en WRC2 como ERC, en las que ha ganado prueba como Valais, Alemania o el Circuit of Ireland.
El siguiente en la lista también se dejó ver este fin de semana en Finlandia después de haber logrado su primer scratch en Polonia. La carrera de Teemu Suninen ha sido incluso más meteórica que la de su compatriota. Su paso por TMG primero y después por ORECA, dio como resultado que Malcolm Wilson se fijase en él y le convenciera con una oportunidad al volante de uno de los nuevos World Rally Cars. Llegó, vio y venció. El primero en disfrutar de la propuesta realizada por AKK Sports para buscar y formar jóvenes pilotos finlandeses había dado resultado.
Al igual que Lappi, Teemu se inició en los karts y a pesar de que se había fijado en los circuitos en sus comienzos, Suninen sorprendió a todos en Finlandia, en su debut dentro del Mundial consiguiendo hasta 12 scratchs entre los habituales de JWRC. Su aplastante debut con el R5 de TMG frente a Camilli en Gales y su competitiva temporada en WRC2 frente al Fabia oficial de Esapekka Lappi en 2016, le han permitido saltar desde las dos ruedas motrices hasta un WRC en apenas dos años, buena muestra de su potencial. Al igual que Latvala o Kalle, su futuro está en manos de Timo Jouhki, el afamado representante de la cantera finlandesa, el cual se dice que ya ha ofrecido a su representado a Hyundai Motorsport. Habrá que seguir muy de cerca sus pasos.
La cantera finlandesa no sólo se llama Rovanperä:
A estas alturas, ya todos prácticamente nos conocemos al dedillo los pasos dados hasta el momento por Kalle Rovanperä en su corta pero prometedora carrera deportiva. Sin embargo, a su sombra han surgido otros nombres que también se han dejado ver durante estos días, especialmente en el caso de Jari Huttunen o Emil Lindholm, este último, ni más ni menos que el hijo de Sebastian Lindholm, primo de un tal Marcus Grönholm.Ambos fueron seleccionados como “Future Rally Star of Finland” tras Teemu Suninen, honor que también correspondió a Juuso Nordgren en 2016 y que premia a los mejores pilotos dentro de la catgoría SM3 del Nacional Finlandés a competir a gastos pagados en la cita finesa del WRC.
La carrera de Hutunen ha pasado por la copa monomarca alemana del ADAC Opel Rallye Cup, y a pesar de que como buen piloto finlandés no estaba muy acostumbrado al asfalto, consiguió la victoria en seis de las siete pruebas, algo que le daba acceso a un contrato con Opel para disputar el U27 del Campeonato de Europa con el fabricante germano formando equipo con el ’repetidor’ Chris Ingram y la italiana Tamara Molinaro. Tras un duro Rally de Azores en el que el finlandés se quedaba a las puertas de batir a Ingram, el resto de temporada no ha ido bien, siendo actualmente tercero a más del doblle de puntos de su compañero de equipo. Su victoria entre los WRC2 y entre los RC2 tras el abandono de ole-Christian Veiby en su segundo rally con un R5 dejan a la vista un futuro brillante.
Mientras que Nordgren se ha centrado en un programa más casero con un R5, algo que ya le ha reportado dos segundos puestos en el inicio de temporada del Nacional Finlandés, Emil Lindholm aprovechaba su oportunidad para estar muy cerca de los tiempos de Nicolas Ciamin. Con el veterano Tomi Tuominen, el ganador de este particular concuros de jovenes talentos finlandeses en 2017, se salía de pista en su segunda participación dentro del JWRC. En Polonia sólo pudo ser octavo, en Finlandia abandonó cuando estaba en posiciones de podio.