A lo largo de la historia del automovilismo, multitud de pilotos han tenido tendencias interdisciplinares. Ver a pilotos de Fórmula 1 compitiendo en Estados Unidos o en el mundo de la resistencia o incluso disputando carreras de Fórmula 2 no era una rareza. Incluso hubo casos como los de John Surtees, varias veces campeón del mundo de motociclismo que se pasó a la Fórmula 1. También Mike Hailwood lo intentó, llegando a disputar grandes premios de Fórmula 1 y de motociclismo el mismo fin de semana. Fernando Alonso se une a este selecto club de pilotos de la máxima categoría que exploran otras categorías; un tema fascinante que vale la pena explorar y por ello repasamos las diez apariciones más destacadas de pilotos de Fórmula 1 en otras categorías. El criterio general es el de tener a pilotos que combinaran su tiempo en la Fórmula 1 con sus otras actividades. De ahí que no se tenga en cuenta historias fascinantes como las de Nigel Mansell o Emerson Fittipaldi.
Alberto Ascari – 500 millas de Indianápolis
Alberto Ascari es uno de los primeros grandes pilotos de la historia de la Fórmula 1, siendo además el primer bicampeón y el último italiano en lograr el título tras «Nino» Farina en 1950. Ascari fue prácticamente siempre un hombre Ferrari y aunque en sus últimos tiempos estuvo con Lancia y de hecho con ellos venció la Mille Miglia en 1954, su actuación más sonada fuera de la Fórmula 1 viene de la mano de Ferrari. Con el equipo de Maranello, el transalpino disputó la edición de 1952 de las 500 millas de Indianápolis. Claro que por aquel entonces la carrera estadounidense formaba parte del Campeonato del Mundo de Conductores, así que podría decirse que en realidad Ascari simplemente tomó parte en otra de las carreras del certamen en el que participaba.
La realidad es algo distinta ya que a lo largo de los once años en los que las 500 millas de Indianápolis formaron parte del Campeonato del Mundo, prácticamente ningún piloto de Fórmula 1 acabó compitiendo allí. Por ello la presencia de Ascari al volante de un Ferrari especialmente preparado para la legendaria cita es más una rareza que algo habitual. El rendimiento de la combinación Ascari-Ferrari no fue malo en absoluto pero la falta de potencia del motor europeo en comparación con los propulsores locales complicó el trabajo. Ascari llegó a ocupar la cabeza de carrera brevemente pero tras su parada para cambiar neumáticos, perdió una rueda y tuvo que abandonar, terminando con la inscripción más seria que ha tenido en Indianápolis. El campeón del mundo de 1952 y 1953 también compitió en varias carreras de resistencia pero sin demasiado éxito.
Jim Clark – 500 millas de Indianápolis
Curiosamente, no fue hasta que las 500 millas de Indianápolis cayeron del calendario de la Fórmula 1, que los equipos europeos empezaron a tomarse la carrera en serio. Jim Clark fue el gran representante de la categoría reina en Estados Unidos. El escocés compitió en la Indy 500 en cinco ocasiones entre 1963 y 1967 y estaba previsto que siguiera allí en 1968 pero su fatídico accidente en Hockenheim en una carrera de Fórmula 2 nos dejó sin ver de qué habría sido capaz el escocés volador. Clark destacó de inmediato gracias a su talento, su adaptabilidad y a la maquinaria revolucionaria de Colin Chapman. El equipo Lotus apostó por motores traseros cuando en Indianápolis aún se competía y ganaba con propulsores delanteros y su decisión revolucionó el mercado.
La carrera más famosa de Clark debe ser la de 1965, edición en la que se impuso por primera y última vez en las 500 millas de Indianápolis aunque hay quien dice que en 1966 la victoria real habría sido suya y no de su compañero Graham Hill. Adicionalmente, Clark tomó parte en otras carreras de la USAC y también en pruebas como las 24 horas de Le Mans -donde fue tercero en 1960-, Fórmula 2, Fórmula Tasman y hasta un Rally de Gran Bretaña. Aunque más allá de la Fórmula 1 y las 500 millas de Indianápolis, sus éxitos más recordados están en el Campeonato Británico de Turismos, en el que se impuso en 1964. Una de las mejores muestras de cómo se vivía el automovilismo en los años 60, participando en muchas más carreras además de la Fórmula 1.
Bruce McLaren – 24 horas de Le Mans
Bruce McLaren es conocido sobre todo por ser el fundador del equipo que lleva su apellido y que sobrevive aún hoy en día -precisamente con esta escuadra está Fernando Alonso en la Fórmula 1 y en IndyCar- pero más allá de su faceta de jefe de equipo, el neozelandés fue un piloto de alto nivel que llegó a participar en competiciones fuera de la categoría reina con éxito. De hecho, compitió en ocho ocasiones en las 24 horas de Le Mans de forma paralela a su carrera en la Fórmula 1 tal y como era habitual para la época y llegó a ganar en una ocasión, en 1966 junto a su compatriota Chris Amon. Los dos compañeros y amigos brillaron a bordo del fantástico Ford GT40, obteniendo la primera victoria de la marca en la legendaria prueba.
No fue la única categoría «inusual» donde Bruce McLaren compitió ya que tuvo una presencia importante en la Fórmula Tasman, donde ganó en la edición de 1964, primera que se celebró del corto pero remarcable campeonato invernal en el que tantos anglosajones tomaron parte durante la segunda mitad de los años 60. McLaren estuvo también en la Can Am, donde aprovechando el fantástico rendimiento de sus coches logró llevarse los títulos de 1967 y 1969, perpetuando el dominio de la marca en el certamen norteamericano. Tanto fue así que hubo un tiempo en el que se plantearon profundos cambios de normativa simplemente para frenar el avance del joven equipo, algo que no sucedería en el automovilismo hasta muchos años en el futuro.
Denny Hulme – Can Am
Otra de las estrellas de McLaren tanto en la Fórmula 1 como en la Can Am fue Denny Hulme, otro neozelandés de la «troupe» que vivía en la categoría reina en esos tiempos. Hulme logró ser campeón del mundo de Fórmula 1 en 1967, poco tiempo tras su debut allí y aunque intentó ganar las 24 horas de Le Mans y las 500 millas de Indianápolis, ambas se le escaparon. En el caso de la histórica carrera de resistencia, su mejor resultado fue un segundo puesto en 1966 justo detrás de sus compañeros en una cita que Ford tenía previsto que ganara junto a Ken Miles. La marca americana quiso que los dos coches en las primeras posiciones llegaran juntos y al hacerlo, eso dio la victoria al coche de McLaren y Amon por haber recorrido más metros en el mismo tiempo ya que partían de una posición más retrasada.
En Indianápolis, los mejores resultados de Hulme fueron dos cuartos puestos en sus dos primeros intentos en 1967 y 1968. Pero fue en América donde encontró la horma de su zapato. Allí, siempre con McLaren, se llevó los títulos de 1968 y 1970, además de ser subcampeón en cuatro ocasiones camino a convertirse en el piloto de mayor éxito de la historia de la competición. La imagen de su sobrio casco en los potentes McLaren con motor Chevrolet y carrocerías de color naranja papaya se convirtió en un clásico del automovilismo norteamericano. Hulme estuvo también en la Fórmula Tasman, además de la Fórmula 2 y tras retirarse de la Fórmula 1, en competiciones de turismos en Australia. Precisamente fue allí donde falleció de un ataque al corazón durante la edición de 1992 de los 1000 km de Bathurst.
Dan Gurney – NASCAR
Dan Gurney tiene el honor de ser el único piloto de quien Jim Clark había hablado como un rival capaz de batirle. El escocés decía que Gurney era el único piloto al que realmente temía a la hora de competir, algo que el norteamericano siempre recuerda con orgullo. A pesar de todo, una combinación de malas elecciones en la categoría reina y el esfuerzo por llevar al éxito su propio equipo impidieron que ganara más que cuatro carreras puntuales en la Fórmula 1. Pero más allá del campeonato en el que estuvo una década, Gurney siempre tuvo una presencia en Estados Unidos, donde destacó particularmente en la NASCAR de la época. Allí disputó 16 carreras en diez temporadas, ganando cinco de ellas siempre en su circuito fetiche, Riverside.
De hecho, en la década de los 60, era prácticamente tradición tener a Dan Gurney compitiendo en Riverside y barriendo a la oposición. Sólo fue batido en cuatro ocasiones, tres de ellas fuera del top 10. De esas tres, la última se dio en 1980, diez años después de su última aparición competitiva en el mundo de las carreras, demostrando que aún podía competir aunque no lo hiciera al nivel de los jóvenes. No fue su único intento más allá de la Fórmula 1 y de hecho terminó segundo en dos ocasiones en las 500 millas de Indianápolis, compitiendo también dignamente en las 500 millas de Daytona y ganando la edición de 1967 de las 24 horas de Le Mans de forma sorprendente junto a A.J. Foyt en uno de los espectaculares Ford GT40 MkIV. Hay quien dice que la tradicional ceremonia del champán la inició Gurney en la celebración de esa victoria…
Graham Hill – Triple Corona
Graham Hill es un piloto enormemente popular por varios motivos entre los que destacan su enorme carisma, su talento al volante y su capacidad de trabajo para compensar la mayor habilidad de algunos de sus contemporáneos. Pero más allá de todo ello e incluso de su reconocible casco, el londinense es famoso por ser el único piloto a lo largo de la historia del automovilismo en lograr la denominada «Triple Corona». No sólo eso, sino que el hito lo consiguió antes de retirarse de la Fórmula 1, con lo que su Triple Corona se produce mientras está en activo en la categoría reina y combina sus obligaciones allí con participaciones esporádicas primero en las 500 millas de Indianápolis y luego en las 24 horas de Le Mans. Curiosamente, ganó en su primera participación en Estados Unidos y su última en Francia.
Tras un frustrado intento de debut en Indianápolis en 1963, Graham Hill acabó disputando la carrera por primera vez en 1966, donde se convirtió en el primer rookie en ganar desde George Souders en 1927. Sus demás participaciones no fueron demasiado exitosas pero en 1972 el británico volvió a las 24 horas de Le Mans que se le habían resistido en la década anterior. A bordo de un Matra MS670 y con Henri Pescarolo como compañero, obtuvo la victoria en la famosa prueba francesa, certificando una Triple Corona que nadie más ha podido igualar. Después de ganar en el Circuit de La Sarthe, Hill no volvió por allí pero siguió en activo en la Fórmula 1 hasta su retirada tras el Gran Premio de Mónaco de 1975. El siguiente objetivo habría sido llevar a su propio equipo a la victoria pero el destino tenía otras ideas y su accidente de aviación nos privó de verle en un interesante futuro como jefe de equipo.
Jacky Ickx – Rally Dakar
Si se habla de Jacky Ickx bajo la premisa de mencionar sus participaciones paralelas a su presencia en la Fórmula 1, es innegable que habría que hablar de las 24 horas de Le Mans y sus seis victorias, llegando cuatro de ellas durante su etapa en la categoría reina. Pero es innegable que Ickx fue otro gran hombre polifacético de su época y nos costaría olvidarnos del hecho que el belga es el único piloto en ganar carreras en Fórmula 1 y ganar también el Rally Dakar -también ganó la dura prueba Jean-Louis Schlesser pero sólo compitió una vez en Fórmula 1 y sin sumar puntos- tras lograr el triunfo con Mercedes-Benz en 1983. Curiosamente, se recuerda mucho más su segundo puesto en 1986 al volante de un espectacular Porsche 959 preparado para el desierto africano.
Ickx no tuvo una presencia importante en monoplazas más allá de la Fórmula 1 en cuanto dejó la Fórmula 2. Aún así, siendo un piloto que competía casi exclusivamente por placer, se dedicó a «pasearse» por multitud de competiciones en las que tuvo éxito. La Fórmula 1, el Rally Dakar, el mundo de la resistencia y las 24 horas de Le Mans e incluso los 1000 km de Bathurst, donde ganó en 1977 cuando aún estaba en la categoría reina. Se le escapó el título de Fórmula 1 y jamás estuvo en las 500 millas de Indianápolis pero su extenso palmarés en tantísimas categorías lo compensa con creces ya que en cualquier sitio en el que compitió, logró estar en disposición de ganar, algo al alcance de muy pocos a lo largo de la historia del automovilismo.
Mario Andretti – 500 millas de Indianápolis
El caso de Mario Andretti es particularmente discutible, ya que su más que amplia carrera deportiva en Estados Unidos le convierte más en un piloto de IndyCar / CART que combinó su actividad habitual con la Fórmula 1 que no lo contrario. A fin de cuentas «sólo» disputó seis temporadas completas en la categoría reina aunque eso fue suficiente para llevarse un título. En realidad, Andretti ya era piloto de monoplazas en Estados Unidos antes de debutar en Europa y lo fue entre 1964 y 1994, ganando cuatro títulos -aunque sólo uno durante su etapa en la Fórmula 1 y aún así sería discutible- y una edición de las 500 millas de Indianápolis en 1969. Andretti es el único piloto en haber estado de forma regular en los campeonatos USAC y Fórmula 1 a la vez, destacando en ambos.
Pero más allá de su espectacular década de los 70, es imposible olvidar sus participaciones en las 24 horas de Le Mans, donde terminó en el podio en dos ocasiones separadas por más de una década. Su primera y última participación en la legendaria prueba francesa están separadas por 34 años y en 2003 aún llegó a rodar en Indianápolis, estando a punto de participar una vez más. Todo esto, sin olvidar que el popular italoamericano llegó también a ganar las 500 millas de Daytona en una ocasión. Sí, es cierto que no ostenta la triple corona, pero es innegable que Mario Andretti debe ser considerado como uno de los pilotos más polifacéticos de la historia del automovilismo. Una lástima que se le escaparan las 24 horas de Le Mans por tan poco…
Carlos Reutemann – Mundial de Rallyes
Carlos Reutemann fue uno de los pilotos más populares y talentosos de la década de los 70 en la Fórmula 1. El argentino debutó en la categoría reina con una pole position al volante de un Brabham y a través de su paso por equipos de renombre como Ferrari, Lotus y Williams siempre fue un contendiente por la victoria. Llegó a pelear por el título en 1981 pero tras perderlo en la última carrera frente a Nelson Piquet, su motivación cayó por los suelos. A ello había que añadir la Guerra de las Malvinas, algo que dejaba a un piloto argentino que trabajaba para equipos ingleses en una difícil posición a nivel político. Su retirada en 1982 justo al empezar el conflicto fue una sorpresa pero quien tuvo, retuvo. Antes de dejar la categoría reina, Reutemann ya había participado en el Rally de Argentina de 1980, llegando al tercer puesto final al volante de un Fiat 131 Abarth y demostrando que los caminos de tierra tampoco podían resistirse a su talento.
Quizás por eso no fue una sorpresa tan grande -aunque indudablemente fue algo inesperado- el ver al argentino competir de nuevo años más tarde. Fue su última participación en el mundo de la competición, llegando de la mano de Peugeot, quien a través de su equipo oficial en el Campeonato del Mundo de Rallyes le ofreció un 205 T16 para el Rally de Argentina de 1985. El héroe local atrajo una enorme afluencia de público tal y como se esperaba y en lo deportivo, volvió a estar a la altura y a pesar de tener que adaptarse a la máquina durante la misma competición, firmó otro más que respetable tercer puesto. Las participaciones del «Gaucho Triste» en el Mundial de Rallyes se cuentan por podios y eso es algo que no todo el mundo puede decir. Stéphane Sarrazin, Kimi Räikkönen y Robert Kubica se quedaron sin podio a pesar de intentarlo.
Nico Hülkenberg – 24 horas de Le Mans
El último caso de un piloto de Fórmula 1 que se salió del marco de su categoría y visitó otro paddock para competir mientras estaba en la categoría reina es el de Nico Hülkenberg, que sorprendió al mundo del automovilismo con el anuncio de que había firmado un acuerdo con Porsche para disputar las 24 horas de Le Mans de 2015, además de las 6 horas de Spa-Francorchamps como preparación. La marca alemana se había interesado por Fernando Alonso inicialmente y el acuerdo pudo haber sido una realidad pero con McLaren y Honda negándose a ello, la atenció se centró en el joven alemán, uno de los hombres de moda de la categoría reina.
La actuación del tercer Porsche que compartía con Nick Tandy y Earl Bamber en Spa-Francorchamps no fue memorable y el sexto puesto no acababa de dar esperanzas de un gran resultado en Le Mans pero cuando llegó la cita francesa, las cosas cambiaron. Entre la ausencia a nivel competitivo de Toyota y la ligera falta de competitividad de Audi, Porsche se encontró con todas las papeletas para ganar y la actuación del trío de jóvenes fue excelente. Así, el Porsche número 19 se impuso contra todo pronóstico en lo que era el debut de Hülkenberg en Le Mans, cerrando una historia memorable. Claro que con una victoria en su única participación, casi es entendible que el ahora piloto de Renault en Fórmula 1 no se plantee un retorno a corto plazo…