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Las 24 horas de Dubai, un espectáculo bochornoso para un circuito Grado 1 FIA

El pasado fin de semana se disputaron las 24 horas de Dubai, la cita inaugural de las 24H Series, el campeonato organizado por Creventic que todos los años abre la temporada de las carreras de resistencia. Con una lista de inscritos muy sólida, contando con equipos y pilotos de nivel mundial combinados con otros más amateurs, la edición de este año prometía un buen entretenimiento. Ya desde la clasificación, se demostró el nivel de la prueba, con hasta 8 pilotos clasificados en menos de medios segundo. Maro Engel consiguió la pole para Mercedes por delante de Jeroen Bleekemolen y de Sven Müller.

La noche de antes de la carrera, la lluvia hizo acto de presencia y mostró las carencias del sistema de drenaje del Autódromo de Dubai. Aun así, la lluvia no fue de mucha intensidad y el circuito estaba listo para la hora de comenzar la prueba. En el paddock se hablaba que, debido a la alta probabilidad de lluvia durante la carrera, habría que detenerla en algún punto, tanto por los posibles charcos como por la inexperiencia de muchos pilotos.

Sven Müller comenzó liderando la carrera, tras adelantar al Mercedes que había logrado la pole, mientras por detrás el Porsche de GPX sufría un aparatoso accidente que los dejaba fuera en los primeros compases. Varias neutralizaciones removieron la clasificación, y con un buen trabajo por parte de Dennis Lind, el Lamborghini de Barwell se colocó en cabeza. Antes de cumplirse las primeras seis horas, hubo que neutralizar la carrera por lluvia, que aunque no fue de mucha intensidad, provocó varios trompos y que los equipos tuvieran que entrar a boxes a cambiar los neumáticos.

La lluvia aumentó de intensidad y fue imposible correr

Instantes más tarde, justo antes de cumplir las primeras siete horas, la lluvia aumentó mucho de intensidad. Rápidamente se neutralizó la prueba mediante el sistema «Code 60», donde todos los coches se limitan a 60 Km/h. El sistema de drenaje del circuito se saturó rápidamente, y los coches no eran capaces de alcanzar dicha velocidad. Como ya se había hablado los días anteriores, se detuvo la carrera y se colocaron todos los coches en la línea de meta parados. 

Con los equipos aprovechando para dormir y todos expectantes de las decisiones de dirección de carrera, la lluvia continuaba cayendo sobre el circuito de Dubai. Finalmente, se tomó la decisión de suspender la carrera y de dar ganador al equipo Black Falcon #4, formado por Ben Barker, Jeroen Bleekemolen, Khalid Al Qubaisi, Hubert Haupt y Manuel Metzger, tras 7 horas y 17 minutos de carrera. Los Audi de Car Collection y de MS7 en asociación con WRT completaron el podio.

Una situación inadmisible para un circuito Grado 1

Si es cierto que la lluvia que cayó sobre Dubai no es algo común. El país debido a su clima siempre ha tenido problemas de escasez de agua y es algo que están intentando remediar con la siembra de nubes, intentando provocar lluvia artificial. Una de esas pruebas se realizó la misma semana de la carrera y pudo influir en las lluvias que cayeron el día de antes. Aun así, las lluvias torrenciales que azotaron el circuito y que provocaron que se suspendiera la prueba estaban ya previstas.

Pero el espectáculo que se vio fue algo inadmisible en un circuito que en teoría debe estar preparado para albergar un Gran Premio de Fórmula 1. Siendo grado 1 FIA, tiene un sistema de drenaje que se satura con la más mínima lluvia y que provoca que se inunde gran parte del circuito. Los equipos tuvieron problemas para mantener a salvo el material de los garajes, con el pit lane convertido en un pantano. La recta de meta también se inundó, junto con algunos de los accesos, que provocaron que la gente no pudiera entrar y salir de determinadas zonas del circuito.

La cateogrización de grado 1 de la FIA debe significar que el circuito es capaz de lidiar con este tipo de problemas. Es cierto que con la intensidad de la lluvia, posiblemente en muchos circuitos europeos también se hubiera detenido la carrera, pero se hubiera podido reanudar horas más tarde. Al día siguiente el circuito seguía inundado, sobre todo la última curva y parte de la recta de meta. Tras la bandera roja los coches se quedaron parados en la recta de meta, y los mecánicos tuvieron que mover algunos hacia la escapatoria porque si no se los comía el agua.

No es la primera vez que un circuito grado 1 de la zona hace que nos planteemos cuál es el criterio que se sigue. Hace unos años, cuando el WTCC fue al circuito de Catar, que tiene máxima categorización tanto para motos como para coches, se vivió también otra escena bochornosa. Los viales del circuito estaban preparados para las motos y no para los coches. Las entradas de emergencia del circuito no eran lo suficientemente grandes y no se podía sacar al exterior del circuito algunos coches por ellas.

Espero que este acontecimiento sirva para que se replanteen el estado del circuito y o bien se evalúe de nuevo su categorización, o se trabaje en el sistema de drenaje para que funcione como debería en un circuito grado 1.

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Víctor Forner

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