Debido a las restricciones causadas por el COVID-19, la IndyCar determinó que el número máximo de asistentes que podrán estar en las tribunas para observar las 500 Millas de Indianápolis se ha limitado a 135.000, cifra que no era la esperada por Roger Penske hace algunos meses atrás, pero sin duda es mejor que volver a realizar la histórica carrera sin espectadores, tal como ocurrió el año pasado. De igual manera, se tomarán una serie de previsiones para resguardar la salud de todos los presentes, incluyendo jornadas masivas de vacunación.
Se espera que para el venidero 30 de mayo las bajas cifras de afectados por el COVID-19 permita materializar la planificación que la IndyCar ha previsto para organizar la edición 105 de las 500 Millas de Indianápolis. Para Mark Miles, director ejecutivo de Penske Entertainment, el número de 135.000 asistentes se estableció por ser el promedio de asistentes en cualquier fecha del calendario. Para el gobierno local como para los responsables de realizar la carrera, tal cantidad de asistentes resulta adecuada para tener control de todas las medidas que se pondrán en práctica.
Entre ellas se menciona el uso obligatoria de tapabocas, en la entrada del recinto se les tomará la temperatura a cada persona y se les exigirá certificado de vacunación, se aplicará el distanciamiento social en las tribunas y no habrá conciertos u otros espectáculos similares. Tanto en las prácticas como en la calificación, las terrazas estarán abiertas. Se espera que de aquí al día de la carrera, con la vacunación masiva que se está realizando en el estado de Indiana, no se presenten mayores inconvenientes al aplicar el cerco sanitario.
