Stéphane Ratel, considerado el fundador del reglamento GT3, realizó una reflexión acerca de lo que podría generar la incursión de Toyota y de Ford en los próximos años. Indicó que ambos fabricantes presentan propuestas que lucen problemáticas por distintas razones. Según su criterio, el Toyota GR GT3 Concept es un coche diseñado para las carreras y no uno de serie homologado, en tanto el Ford Mustang GT3 le parece un producto económico que puede originar una espantada de fabricantes, algo similar a lo que sucedió en el Campeonato Mundial de Turismos el cual inició con BMW y Alfa Romeo y terminó con Chevrolet y Lada.
Opinó Ratel que el GT3 se ha establecido como la clase más popular y competida en el mundo, además de disponer del mayor mercado de opciones, y por tal razón se debe preservar tal cual como está. Según su posición, un coche que rompa el esquema básico pondría en peligro su continuidad, así como también el ingreso y permanencia de estructuras avaladas por fabricantes ya que elevaría los costos de manera alarmante cuando el GT3 se ha sustentado en equipos clientes.
Agregó que el caso del Toyota GR GT3 Concept le parece muy similar al del Porsche 911 GT1 en 1996, el Maserati MC12 de 2004 y la última edición del Ford GT, coches modificados de fábrica que se intentaron introducir entre los GT3 y no se le permitió porque eran sofisticados y costosos, muy lejos de salir de una producción de serie. Ahora Toyota amenaza con un concepto GT3 que no tiene relación alguna con un coche comercial, lo que iría contra las reglas.
En lo que respecta al proyecto Mustang GT3, estima que el coche es muy barato y ningún fabricante de renombre se va a arriesgar a que un producto tan económico los ponga en aprietos, acá indicó que se corre el riesgo de perder la clase porque obviamente un Mustang no tiene la misma posición en el mercado que un Ferrari o un Lamborghini. Apelar al Balance of Performance resultaría un error porque la distorsión sería enorme y se llegaría al abuso y es que el BoP se introdujo para otorgar equilibrio entre coches de precio y exclusividad muy similar. Ante un hipotético colapso de la clase GT3, declaró que trabaja en un reglamento para una clase GT2.
En palabras de Stéphane Ratel:
La clase GT3 ha evitado coches de carreras especiales que no se basan en la producción de serie. En todos estos nuevos proyectos, no debemos olvidar que los pilares de la categoría son: coches de producción que se ubican en el mismo segmento comercial y son gestionados como carrera cliente.
Vía | Motorsport Total