Las 24 Horas de Le Mans siguen adelante con su idea de disputarse con público en las gradas, pero al igual que en el caso de las 500 Millas de Indianápolis, no se llenará el aforo con el fin de garantizar unas medidas de seguridad mínimas y una distancia social entre todos los presentes del 19 al 20 de septiembre en el Circuito de La Sarthe. Por lo tanto, la carrera francesa ha decidido suspender por completo la venta de entradas, garantizando únicamente a los poseedores ya del pase el poder estar presentes en la edición de este año.
Por lo tanto, no podrán estar presentes los 252.000 espectadores que asistieron en 2019 a la carrera, aunque no se descartar que se pueda reanudar la venta de entradas en un futuro, dependiendo de las medidas adoptadas por el gobierno francés y el avance de la pandemia cuando lleguen los meses posteriores al verano. No será la última modificación, ya que debemos recordar que ya se anunció hace una semana el cambio en el formato de fin de semana y cómo se comprimirán los actos.
Finalmente, les pedimos a todos nuestros fanáticos y espectadores regulares su comprensión y amabilidad. En este nuevo contexto, probablemente no podamos dar la bienvenida a todos en el circuito este año. Hacemos todo lo posible, respetando las medidas sanitarias necesarias para proteger a todos, para ofrecer un evento de calidad. Sin embargo, toda la magia de la carrera permanecerá intacta y la experiencia del espectador, en la pista o desde la distancia, seguirá siendo de clase mundial
Debemos recordar que la NASCAR ya ha permitido que algunas de sus carreras se celebren con público, pequeñas cantidades de espectadores, mientras que la Indy500 se disputarán a menos de la mitad de la taquilla posible y los rallyes, al menos en Europa, contarán con aficionados desde el inicio, incluso en pruebas internaciones como el Rallye di Roma Capitale. Por su parte, los Supercars australianos podrán celebrar su carrera del 8-9 de agosto en Hidden Valley con hasta 4.500 espectadores.
