Como ya ocurrió en Zandvoort, de nuevo una bandera roja fue la responsable de evitar que viésemos en Monza a todos los competidores que pelearán mañana por la pole position hacer su simulacro de vuelta rápida. Concretamente fue Kevin Magnussen, mediada la sesión, el encargado de dar el susto después de perder la zaga del HAAS en la curva número 7. El danés se convirtió en un pasajero, soltando rápidamente las manos del volante al comenzar a girar el monoplaza y antes de que terminara de impactar el coche frontalmente contra las protecciones.
En esos momentos se detenía por completo la sesión, abortando el intento de vuelta rápida de un Max Verstappen que tampoco había podido completar el primero y que por tanto tendrá que espera a este sábado para colocar el potencial a una vuelta de este RB20 que parece no salir todavía de ese bajón de rendimiento que está experimentando de un tiempo a esta parte el coche de Red Bull Racing. Prácticamente un cuarto de hora de sesión que se desperdiciaba con la buena noticia de que Magnussen no se vería afectado, mientras que Lewis Hamilton se quedaba con el mejor crono con el blando, un 1:20.730 que superaba en tres milésimas a Lando Norris y en una décima a Carlos Sainz y a Oscar Piastri.
Tiempos muy apretados entre los cinco primeros ya que Leclerc, quinto se quedaba únicamente a décima y media, mientras que Nico Hülkenberg y Daniel Ricciardo eran la habitual sorpresa en los entrenamientos libres al colocarse sexto y séptimo (provisionalmente), seguidos por los dos Aston Martin de Fernando Alonso y Lance Stroll, mientras que Valtteri Bottas se qudaba con el décimo puesto por delante de Kevin Magnussen y Alex Albon.
Había que bajar hasta la decimosegunda posición para encontrarnos al primero de los dos Red Bull, precisamente el de Verstappen y con un tiempo a ocho décimas del de Hamilton marcado con el compuesto medio. A sus espaldas finalizaba en este caso Checo Pérez, el cual comenzaba la tarde en el box mientras que sus mecánicos trabajaban con celeridad en su coche.
Algo parecido ocurría en el caso de Mercedes-AMG F1, donde los operarios se empleaban a fondo para tratar de recuperar el monoplaza de George Russell, el cual había sido estrellado en la FP1 por el debutante y seguramente futuro piloto titular del equipo de la estrella, Andrea Kimi Antonelli. Las caras del británico, viendo desde las pantallas el arranque de estos últimos entrenamientos libres al lado de Toto Wolff, reflejaban la frustración e incomodidad de tener que esperar por un error que no había sido suyo.
Cuando restaban menos de cinco minutos para el final, Russell seguía haciendo trabajo de tanda larga, con el medio montado en su W15 y con tiempos a más de tres segundos. George pararía para montar el blando y hacer una intentona, algo que sólo le sirvió para ser sexto a casi tres décimas y media de su compañero de equipo. Los pilotos buscaban los límites, con Checo Pérez saliéndose en la primera variante o Max Verstappen y Fernando Alonso pasándose de frenada en la segunda variante.