Sin duda es hipócrita que Ferrari titule su crónica de carrera hablando de «aburrimiento» en Marina Bay. Está claro que cuando ganas todo te parece más divertido. Pero no por ello dejan de tener razón. El Gran Premio de Singapur 2018 no será especialmente recordado por los aficionados, que asistieron a una demostración de carrera-control por parte de Lewis Hamilton y Mercedes, quienes además se encontraron uan vez más con una Scuderia poco acertada a nivel estratégico.
Se esperaba que los hiperblandos se deshicieran, de hecho esa era la única esperanza de que viviéramos una carrera movida. Pero el Safety Car inicial y un ritmo cansino de Lewis Hamilton que además desincentivó que se parara pronto ante el riesgo de quedar encajonado en tráfico no permitieron que viéramos atisbo de degradación. Ante esa situación, Ferrari decidió mover ficha. Sebastian Vettel logró superar a Max Verstappen en la salida tras un duelo de infarto y sabía que necesitaban «algo» para adelantar al rival directo por el título. Pero todo salió mal.
Buscando un calentamiento de los neumáticos más rápido para así presionar a Lewis Hamilton, Ferrari montó ultrablandos al alemán. Pero falló estrepitosamente al ser insuficiente el hueco que había entre Romain Grosjean y Sergio Pérez para aprovecharlos y ver cómo además Lewis Hamilton lograba parar, montar blandos y salir por delante del mexicano. Es más, las dificultades de Vettel para adelantar a Pérez le dejaron vendido ante Max Verstappen, que recuperó el segundo puesto con idéntica estrategia al del líder virtual de la prueba.
En condiciones normales el error estratégico de Ferrari podría haber puesto a Sebastian Vettel en aún mayor peligro (debió completar el mayor relevo de la noche, 47 vueltas, para evitar una segunda parada), pero Valtteri Bottas estuvo a un mundo de su compañero de equipo y ni amenazó con inquietarle, debiendo centrarse en no perder el cuarto puesto frente a Kimi Räikkönen. A los seis primeros no los vimos por televisión más que cuando Lewis Hamilton se encontró con tráfico y Max Verstappen se acercó a él. Y aunque todos estaremos de acuerdo en que los doblados no deben entorpecer, resulta inevitable y hasta parte del encanto de un circuito urbano…
Con una carrera francamente aburrida en cabeza del primer tercio en adelante, la realización debió centrarse en lo que acontecía por detrás. Y las primeras paradas en boxes propiciaron la formación de los típicos trenecitos de Singapur, destancado especialmente el formado por Sergey Sirotkin. El ruso de Williams desesperó a Sergio Pérez, que ya venía de protagonizar un contacto con su compañero Esteban Ocon en la salida (si bien podríamos hablar de la influencia en el mismo de Romain Grosjean tras cortar la primera curva…). Y el mexicano perdió los papeles al girar contra el coche de Sirotkin en plena recta. Los dos coches quedaron dañados y Pérez se llevó un simple ‘drive through’.
Sirotkin, aquí inocente salvo por haber pretendido defenderse cuando su carrera iba a la deriva, siguió protegiendo su posición pese a pilotar un coche maltrecho, molestó a la hora de ser doblado y terminó siendo igualmente sancionado por echar de pista a Brendon Hartley. Pero dejó su huella en carrera, pues al generar el trenecito dio vía libre a que Fernando Alonso alcanzara un meritorio séptimo puesto, seguido de Carlos Sainz Jr., Charles Leclerc y Nico Hülkenberg.
Los puntos cosechados por McLaren y Renault en Marina Bay valen doble ante los ceros que se llevan Racing Point Force India y Haas. Habiendo mencionado ya el caótico domingo del equipo británico, merece la pena subrayar cómo los americanos volvieron a desaprovechar el cuarto coche de la parrilla. Falló Kevin Magnussen el sábado, lo cual ya te condena. Y el domingo estratégicamente cometieron el mismo error que Force India con Pérez, mandando a Grosjean a rodar en tráfico y olvidarse de los puntos. La sal en la herida terminó echándosela el francés al entorpecer a los líderes y llevarse unos puntos en la Superlicencia que le acercan peligrosamente a una sanción más seria…
Pero la lucha por el séptimo puesto en el Mundial de Pilotos (liderada por Nico Hülkenberg, tres puntos por delante de Fernando Alonso) o el cuarto en Constructores (Renault) no deja de ser algo secundario a lo que recurrimos cuando la carrera sale aburrida, algo inevitable mientras no se exijan responsabilidades a Pirelli o se opte por un cambio de suministrador (suena Hankook según Auto Motor und Sport). Lo realmente importante es que Lewis Hamilton acumula ya una renta de 40 puntos y no vemos cómo Sebastian Vettel y Ferrari pueden ponerle remedio.
Foto | Daimler