Durante los últimos años hemos tenido la oportunidad de ver cómo Mundial de Motociclismo y el de Fórmula 1 estrechaban lazos. Ya no solo hemos sido testigos cómo Valentino Rossi se ponía al volante del Ferrari durante unos test, sino que también pilotos como Dani Pedrosa, Jorge Lorenzo o Marc Márquez han sabido aprovechar los acuerdos con sus principales sponsors, en este caso de bebidas energéticas, para poder tener una experiencia tan exclusiva como la de sentarse al volante de un monoplaza de la categoría reina.
El camino contrario también lo hemos podido ver, con pilotos como Michael Schumacher, Kimi Räikkönen o Sebastian Vettel como declarados apasionados de las dos ruedas e incluso viendo a Fernando Alonso domar una Honda RC213V de Moto GP durante el Thanks Day de la firma del ala dorada en 2015. Daniel Ricciardo recibió este pasado fin de semana una moto de cross por parte de Red Bull Racing con su ya icónico dorsal #3 y los colores de los austriacos, una especie de regalo de despedida para el sonriente australiano. Sin embargo, ha sido Lewis Hamilton el más activo durante los últimos años en lo que se refiere a las motos.
Imagen comercial de MV Augusta en el pasado, firma que también pertenecía hasta el año pasado en un 25% al grupo Daimler, el británico ha celebrado esta semana su quinto título Mundial al manillar de una Superbike junto al resto de los pilotos que han participado en un test del Mundial de SBK. Con Alex Lowes como liebre e instructor, Hamilton ha probado las sensaciones que al manillar de una Yamaha YZF R1 gracias a Monster Energy, su patrocinador principal, y aprovechando a que ya no se debe únicamente a la firma italiana MV Augusta. Por el camino, una pequeña caída en la quinta curva del Circuito de Jerez que no le reportaba mayores problemas físicos, pero que le obligaba a ‘intervenir’ en redes sociales para evitar más especulaciones.
Siempre he querido una moto desde que era un niño, pero estoy muy agradecido al hecho de que mi padre me comprara un kart. Pero mi nuevo amor fuera de los circuitos es mi moto. Tengo el mayor de los buenos deseos y respeto por estos pilotos de motos. Es una disciplina muy distinta, pese a que requiere las mismas condiciones básicas como el tiempo, la paciencia, la valentía, la concentración, la agilidad o el riesgo. Y todo ello lo convierte en un deporte alucinante. Y sí, me encantaría pilotar motos. Pero estos chicos están a otro nivel, y creo que yo voy a seguir disfrutando de rodar y probar los límites en pista. Valentino, necesito ir al rancho cuanto antes