Adoramos mayo y junio. Son meses en los que se suceden las carreras especiales para los aficionados al automovilismo. Y ahora llega esa cita que termina uniendo a pilotos, equipos y aficionados aunque sólo sea por cómo todos debemos combatir el cansancio hasta la bandera a cuadros, las 24 Horas de Le Mans. No hay coincidencia con el Mundial de Fórmula 1 este año, aunque sí con el DTM después de la marcha de Audi. Será la primera edición en 18 años sin presencia de la marca alemana.
Ello nos sirve un duelo directo por el triunfo absoluto entre dos marcas, como tantas y tantas veces en la historia de las 24 Horas de Le Mans. Esta vez los contendientes son Porsche y Toyota, la marca reina y la eterna aspirante, siendo prácticamente una quimera que el único LMP1 privado en manos de ByKolles o que los LMP2 puedan inmiscuirse en esa pelea con tintes épicos tras el trágico desenlace de la edición 2016 para la marca japonesa. Toyota aprendió la lección y llevará al fin tres coches, frente a las dos unidades del Porsche 919 hybrid en pista.
Le Mans será el punto de encuentro de dos equipos que hasta ahora han llevado líneas de trabajo distintas. Porsche ha competido en las dos citas previas del Mundial de Resistencia, Silverstone y Spa, con el mismo paquete de baja carga aerodinámica que empleará en Le Mans. Toyota por su parte usó uno de alta carga, más apropiado, salvo con su tercer coche en Spa, y se anotó la victoria. ¿Llega Toyota como favorita pues? Sí, pero el 919 hybrid funcionó muy bien pese a no competir con una configuración ideal en esas dos pruebas anteriores.
Por otra parte en el día de test previo a las 24 Horas aunque ambas marcas aseguraron no ir a fondo Toyota impresionó. Sus tres coches estuvieron en lo más alto de la tabla de tiempos y rodó por debajo de la pole de 2016. Además, con tres coches se puede permitir el lujo de mandar una liebre, sobre todo si se tiene en cuenta la inexperiencia y falta de ritmo de los pilotos en el #9 (Pechito/Kunimoto/Lapierre) frente al #7 (Conway/Kobayashi/Sarrazin) y #8 (Buemi/Davidson/Nakajima). Porsche por su parte reorganizó sus alineaciones este invierno: en el #1 estarán Jani, Tandy y Lotterer y en el #2 Hartley, Bernhard y Bamber. El sexto LMP1 inscrito es el CLM de ByKolles, con Oliver Webb, Dominik Kraihamer y Marco Bonanomi al volante.
Este año habrá que estar particularmente atentos a los LMP2. Todo lo que se habló sobre ellos en pretemporada es cierto. Son muy rápidos, tanto en curva como sobre todo en recta. Y por lo tanto los LMP1 sudarán tinta china para doblarlos. Por no hablar de lo que puede ocurrir si la fiabilidad falla entre los coches de cabeza. Aún así, la gran batalla de esta categoría parece quedar reducida a los chasis Oreca, un punto por encima de los Dallara, Riley o Ligier. Estos últimos incluso han intentado rehomologar a última hora y sin éxito su kit de baja carga aerodinámica. Equipos como Vaillante Rebellion, Signatech Alpine, G-Drive o la estructura de Jackie Chan están llamadas a disputarse la victoria.
Para los aficionados españoles la categoría GTE-Pro será aún más interesante que de costumbre en esta edición. No sólo tendremos a cinco marcas implicadas y al eterno Antonio García con Corvette, sino que a él se suma en su debut en Le Mans Miguel Molina. Molina pilotará el Ferrari 488 #71 junto a Davide Rigon y Sam Bird, mientras que en el Corvette #63 estarán además de García, su inseparable Jan Magnussen y Jordan Taylor. La categoría viene precedida de año y medio de polémica sobre la Balance of Performance y un último retoque de la misma tras el test en Le Mans por el cual sale perdiendo Corvette.
Aún así los coches de General Motors dan siempre una enorme confianza en carreras de resistencia. Durante el test rodaron en los mismos tiempos que Porsche, seguidos de Aston Martin y Ferrari, todos separados por un segundo. La incógnita es Ford. Su ritmo fue decepcionante y la duda sobre si es cuestión de taparse para no verse perjudicados por la BOP o tienen problemas reales permanecerá sin resolverse hasta este fin de semana. Además han perdido una pieza clave en la figura de Sébastien Bourdais, sustituido por Tony Kanaan en el Ford GT que defiende corona, junto a Joey Hand y Dirk Müller.
En cuanto a GTE-Am, puede que seamos malo, pero la realidad es que se tratará como siempre de una categoría en la que ganará el coche donde el gentleman driver cometa menos errores. Sobre el papel el Aston Martin de Pedro Lamy, Mathias Lauda y Paul dalla Lana partiría como favorito, pero el canadiense nos tiene acostumbrados a lo mejor y lo peor. Si cogemos los tiempos del test habrá que estar muy atentos a los Porsche, mientras que de EEUU desembarca para las 24 Horas el extremadamente competitivo Ferrari 488 de Scuderia Corsa para unirse a los habituales coches de AF Corse. Y siempre nos quedará el Corvette ‘art car’ de Larbre.
¿Una apuesta? Toyota, Alpine, Corvette, Porsche. Veremos cuánto me equivoco en apenas cinco días…
Fotos | Michelin