Para todos los amantes de la competición, Lola Cars es uno de los nombres propios de la historia del automovilismo. Uno de esos constructores británicos que ganaron notoriedad gracias a sus triunfos en los circuitos de medio mundo y que se había puesto a la venta debido a que la situación financiera de lo que se conocía como Lola Cars se había vuelto completamente insostenible desde que en 2012 entrara en proceso de administración y cesara operaciones en octubre de ese mismo año, más de medio siglo después de su fundación en 1958 por parte de Eric Broadley, y Martin Birrane.
Es en este punto donde aparece Till Bechtolsheimer, un empresario británico de 40 años afincado en Estados Unidos que compite con asiduidad dentro el IMSA, concretamente en la categoría GTD al volante de un Acura NSX GT3, aunque también se le ha visto presente en otras competiciones tan variopintas como lo pueden ser la Baja 1000 o la Subida Internacional a Pikes Peak.
Siempre me ha apasionado el automovilismo y, como la mayoría de los aficionados, siempre he amado a Lola. Lo que Eric Broadley y Martin Birrane han logrado con esta marca es impresionante. Es una perspectiva desalentadora pero emocionante tratar de reconstruir a Lola siguiendo sus pasos y hacer justicia a su legado – Till Bechtolsheimer
Bechtolsheimer, además de un apasionado por la competición también es un hombre de negocios, y es el fundador de la firma de inversión en energía con sede en Nueva York, Arosa Capital, algo a lo que ahora sumará la propiedad no sólo de Lola Cars (su nombre, sus marcas registradas, la biblioteca de dibujos técnicos…) sino también de sus instalaciones, entre las que se encuentra el Centro técnico y especialmente el túnel del viento de la compañía en Huntingdon, Inglaterra. La transacción se realizó a principios de año, justo después de que se hiciera público que Lola se encontraba a la venta, pero no ha sido hasta este viernes cuando se ha confirmado dicho acuerdo.
Mi familia está muy feliz de que la marca Lola sea propiedad de un empresario y piloto de carreras que escribirá el próximo capítulo de este ícono del automovilismo británico de larga data. Mi padre estaría encantado de ver a Lola regresar al automovilismo competitivo y especialmente a Le Mans. Deseamos a Till mucho éxito – Amanda Birrane
¿Cuáles son las metas de la nueva etapa de Lola? Till Bechtolsheimer se ha mostrado muy ambicioso y quiere que la compañía vuelva a estar en los circuitos en 2024 o 2025, e incluso no descarta un regreso a las 24 Horas de Le Mans en un futuro no muy lejano a través de un prototipo LMH o LMDh. Sin embargo, no se ha descartado que puedan ser uno de los protagonistas del próximo reglamento LMP2, encargándose de presentar batalla a uno de los grandes dominadores actuales de la escena, ORECA.
Entre alguno de sus logros del pasado nos encontramos las tres victorias en la Indy 500 y los 181 triunfos cosechados entre los campeonatos de la CART y la Champ Car. También han estado presentes en Le Mans, Fórmula 1, Fórmula 3000, Fórmula 5000, A1GP y competiciones de Turismos. Precisamente para revitalizar a la compañía, se ha contratado a Michael Wilson, el cual proviene Advance Engine Research (AER) después de haber trabajado para Mercedes-Benz en el DTM y en Brixworth, las instalaciones responsables de los motores de Fórmula 1.
Con uno de los proyectos clave en los que estamos enfocados en este momento, el objetivo sería tener un automóvil en la pista a partir de 2024. Creo que 2025 podría ser un poco más realista, pero hay ciertas oportunidades que podrían hacer que Lola vuelva a la normalidad incluso antes – Till Bechtolsheimer a Motorsport.com