Apenas han pasado 48 horas desde que la Fórmula 1 presentara su hoja de ruta hacia lo que se espera que sea la neutralidad de su huella de carbono de cara a la temporada 2030. La llamada categoría reina quiere mirar más hacia un modelo de negocio más sostenible, algo que implicará no solo a los monoplazas, sino también a todo lo que rodea al campeonato, desde la logística hasta los propios equipos y los aficionados.
Una de las claves que se han puesto sobre la mesa es el de aumentar el uso de elementos biológicos en los combustibles hasta alcanzar un porcentaje de un 10% de cara a 2021. El propio Pat Symonds ha declarado algunas de las particularidades de estos productos del futuro, prefiriendo descartar la palabra biocombustibles para emplear la de “un etanol sostenible avanzado”.
Uno de los elementos clave será el combustible que utiliza la Fórmula 1 en el futuro. Actualmente, según el Artículo 19.4.4 del reglamento técnico de la FIA de 2019 para F1, un mínimo de 5,75% del combustible debe comprender biocomponentes. Queremos ir al 100%, ese es el objetivo. Para 2021, buscamos aumentar al 10%, y la idea es aumentar eso con el tiempo – Pat Symonds
Por el momento se mantiene en ese 10% con el objetivo de que no se disparen los costes, sin embargo, el objetivo a largo plazo sigue siendo el de llegar a un 100% según las declaraciones del propio Symonds. La intención es la de mostrar que además de los sistemas de propulsión eléctricos también habrá otras alternativas sostenibles a través de motores de Combustión Interna.
Con el próximo motor de Fórmula 1, creo que sin duda estableceremos objetivos ligeramente diferentes para él. Con el motor 2014, la idea era limitar el flujo de combustible y eso realmente empujó a los fabricantes a buscar una alta eficiencia de combustión, aunque para ser honesto, no estoy seguro de que alguien pensara que llegaríamos al 50%, lo cual es bastante notable. Sin embargo, para el próximo motor, creo que lo que vamos a decir es que queremos apuntar al 60% de eficiencia total y luego discutir qué tecnologías pueden llevarnos allí.
Hay que apuntar que la Fórmula 1 publicó algunos de los datos actuales acerca de las emisiones que produce directa o indirectamente. Las cifras apuntan a 256,551 toneladas de CO2 por año, de las cuales un 45% proviene de la logística para mover el Paddock Club, los neumáticos y los equipos. El 27,7% pertenece en este caso al transporte del personal, periodistas e invitados, el 19,3% a las instalaciones de las distintas escuderías, 7,3% para la realización de la televisión y otros eventos promocionales y finalmente solo el 0,7% de esas toneladas de CO2 pertenece a los monoplazas a través de 21 Grandes Premios y las distintas jornadas de pruebas en pista.
Vía | Racer