Era una jornada marcada en el calendario como muy importante para conocer el futuro del Mundial de Fórmula 1. Uno de los temas de discusión que se ponían sobre la mesa era seguramente uno de los más polémicos: los formatos de fin de semana y la posibilidad de introducir una carrera de clasificación. Este “experimento” como lo denominó Ross Brawn, tendría ya su primera prueba de fuego en 2020 con la realización de al menos tres Grandes Premios bajo ese sistema, algo que por el momento no ocurrirá después de que los equipos no hayan llegado a una decisión unánime al respecto.
Podrá dormir tranquilo por tanto el aficionado que más reacio se ha mostrado a este sistema que en principio iba a integrarse en los programas de fin de semana de los Grandes Premiso de Francia, Bélgica y Rusia. La información de RaceFans deja por tanto en nulo el primer intento de Liberty Media por introducir nuevas variables en carreras que en principio podrían contar con mayor emoción si los equipos más competitivos no parten desde las primeras líneas de parrilla.
La intención pasa por la de realizar una carrera corta de unos 45 minutos el sábado cuya parrilla estaría determinada por orden inverso de la clasificación general. El resultado de esta competición al sprint determinaría la parrilla definitiva para el domingo, la carrera larga que se encargaría de repartir los puntos. Ha habido más puntos en la reunión, entre ellos la opción de dar más libertad reglamentaria con la normativa de 2021 por miedo a crear una especie de GP1 con monoplazas demasiados estandarizados y con pocas áreas de evolución.
Con equipos como Red Bull Racing, Scuderia Toro Rosso, HAAS, Racing Point, Scuderia Ferrari y Mercedes-AMG F1 poniendo objeciones a una rigidez en las reglas como la propuesta por la FIA y Liberty Media, se espera que haya unas opciones ligeramente más laxas en áreas en las que no se afecte la intención de reducir el efecto aire sucio para mejorar los adelantamientos y el espectáculo en pista. Se han discutido también otras posibilidades, como la de congelar parcialmente el desarrollo de los propulsores o retrasar la normativa a 2022 y, aunque no haya comunicación oficial, parece que no han tenido demasiado éxito.
Vía | RaceFans.net