Markku Alén se animó a probar uno de los primeros Ford Focus WRC en el Rally de Finlandia 2001 e incluso cató la generación 1.6 turbo en la batalla realizada en Helsinki entre pilotos modernos y viejas glorias. ¿Queréis que sigamos con algo de historia? Ari Vatanen decidía sólo dos años más tarde seguir los pasos de Alén, regresando del retiro para disputar el 1.000 Lagos con un Peugeot 206 WRC. Llegó el final de la década y Juha Kankkunen cumplía medio siglo de vida celebrándolo al volante de un Ford Focus RS WRC en el Rally de Finlandia 2010. Ocho años después, KKK aceptaba la invitación de su amigo y antiguo compañero de carreras, Tommi Mäkinen para dar un paso más allá y sentarse en el Toyota Yaris WRC de la última generación, considerada la era más rápida de la historia del Mundial.
No termina ahí. Parece que ese gusanillo de los rallyes sigue picando muy fuerte para los pilotos retirados, no solo por su participación en carreras como el Dakar o en pruebas de históricos y homenajes a la disciplina como el Rally Legend sanmarinense, sino que además están dispuestos a probar las nuevas generaciones de coches, en muchos casos para calmar ese deseo de conocer cómo han cambiado los tiempos.
Esto es lo mismo que ha llevado por ejemplo a Petter Solberg a tontear con un posible regreso al WRC (con motivo especialmente del debut de su hijo), los tres rallyes que disputará Sébastien Loeb en 2018 con el Citroën C3 WRC y el deseo de su compañero en Peugeot y ganador de la última edición del Dakar, Carlos Sainz, de probar las sensaciones de los nuevos coches aunque él ya desarrolló el Volkswagen Polo R WRC. Todos ellos han sido protagonistas de los mejores años competitivamente hablando de los WRC 2.0 Turbo. Ahora, ellos también quieren saber cómo son los nuevos vehículos con casi 400 CV y una aerodinámica hecha para volar sobre cualquier tipo de terreno.
Otros directamente se han propuesto volver al Mundial de Rallyes y además hacerlo con su propio estilo. Corría el pasado mes de septiembre cuando Miki Biasion anunciaba su intención de competir en el próximo Rally de Cerdeña al volante de un Abarth 124 Rally. El bicampeón del WRC quería de esta forma realizarse un regalo a sí mismo después de haber cumplido 60 años el pasado 7 de enero. A la espera de ver si se lleva a la realidad las intenciones del transalpino, parece que hay otros pilotos que también mantienen esa intención de regresar al Mundial de Rallyes durante este recién estrenado 2018.
El primero de ellos, Marcus Grönholm. Si miramos lo realizado por Alén, Kankkunen o Vatanen en el pasado, le tocaría este año al piloto finlandés disputar el Rally de Finlandia con uno de los WRC actuales para conmemorar sus 50 primaveras (también Hannu Mikola o Timo Salonen lo hicieron), sin embargo, el también bicampeón del WRC podría retrasar esta celebración especial hasta la próxima temporada debido a la gran carga de trabajo que supone el montar un proyecto nuevo con los Hyundai i20 WRC recién adquiridos para la creación de unos nuevos Supercars del World RX. Recientemente estuvo junto a Petter Solberg y Pontus Tidemand en los test del nuevo Volkswagen Polo R5, equipo con el que mantiene una buena relación tras su etapa como probador, aunque él, al igual que Alén o Mäkinen, ya tomó parte del Helsinki Battle de 2014.
¿El último en sumarse a la tendencia de los viejos rockeros? Ni más ni menos que el Campeón del Mundo de Rallyes en 1994. Didier Auriol colgó los guantes hace mucho tiempo, aunque se ha dejado ver en más de una ocasión en el algún rallyshow. El francés también alcanza las 60 temporadas en 2018 y es por ello que ha trazado un plan similar al de Biasion. El conductor de ambulancias más rápido de Francia confesó al “L’Express” de Madagascar (lugar en el que reside desde hace tres años) su intención de disputar dos o tres pruebas del WRC. Sólo un dato, Córcega lo ganó hasta en seis ocasiones…
Siempre me he dicho que a los sesenta años podría estar bien para participar en una o dos carreras. No es un regreso. Simplemente será una aventura, siempre y cuando todavía pueda hacerla. El objetivo es principalmente tener un buen coche y divertirse. No espero nada en absoluto, aunque esto no quiere decir que no vaya a hacerlo lo mejor posible. Tengo más experiencia en rallyes de asfalto. No importa si es asfalto o tierra, lo más importante es disputar pruebas en las que me sienta bien con naturalidad. No voy a correr en Finlandia, por ejemplo, porque estaría más estresado. Después, hay pruebas de tierra que me gustan como Argentina o Portugal.
Para hacerlo posible, Didier Auriol ha tenido que solicitar una licencia de competición en Madagascar (algo que se permite a aquellos que residen de forma permanente en la isla) y ahora ya trabaja en buscar un World Rally Car con el que poder competir. Obviamente las unidades nuevas tienen precios desorbitados y no hay muchas unidades disponibles, por lo que “Didi” está intentando hacerse con el alquiler de algún WRC de la generación pasada.
Hoy hemos llegamos a un muy buen compromiso con el nuevo WRC, con coches hermosos que tienen mucha potencia. Dan una bella imagen de los rallyes… Desafortunadamente, es difícil tener algo. Prácticamente solo los fabricantes tienen acceso a ellos. A un costo menor, la idea sería recurrir a un WRC antiguo, de antes de 2016.