A pesar de que algunos piensen lo contrario, las carreteras isleñas y su exigencia han puesto de nuevo contra las cuerdas a los pilotos tanto del Campeonato de Europa como a los protagonistas nacionales y regionales. Buena muestra de ello es que hasta el más mínimo error este pasado fin de semana ha pasado una gran factura a los participantes debido a la caprichosa orografía de las carreteras por las que se disputaba la cita grancanaria, tanto, que los guardarrailes han sido sin duda alguna, los otros grandes protagonistas de la carrera, al igual que en Monte-Carlo suelen serlo los muretes de piedra que bordean su retorcido asfalto.
Lo han sido tanto para lo positivo, como para lo negativo, ya que este sistema de seguridad que en el caso de Tomasz Kasperczyk le salvó de un accidente mucho más grave, también intervino en otras situaciones como las salidas de pista de Jan Cerny y de los hermanos Vallejo con otros resultados no tan satisfactorios. En el caso del piloto polaco evitó males mayores ya que tras quedarse sin presión en el sistema de frenado, entraba demasiado colado en una curva de derechas con vistas a un largo precipicio.
A pesar de que intentó meter en curva el coche tirando del freno de mano, el Ford Fiesta R5 se iba directamente contra las protecciones, las cuales resistieron perfectamente el impacto y absorbieron gran parte de la energía del accidente. Incluso después de arrancar uno de los soportes de cuajo, el guardarraíl evitó que la pareja polaca se precipitara, dejando todo en un buen susto y algo de chapa.
Jan Cerny no tuvo la misma suerte. El checo, que ya terminó con accidente en el Rally de las Azores, repitió en Canarias, con un guion prácticamente igual que el firmado por Kasperczyk. En esta ocasión las protecciones no aguantaban y el Skoda Fabia R5 se deslizaba por debajo del guardarraíl, volcando y acabando a unos cuantos metros de la carretera. Afortunadamente ninguno de los tripulantes resultaba dañado gracias a que el guardarraíl reducía la velocidad de forma notoria.
En el caso de los hermanos Vallejo, fue el inicio de la protección metálica lo que precisamente les terminaría catapultando contra uno de los árboles que estaban fuera del recorrido. Ni Sergio ni Diego resultarían heridos, y el motor del Citroën DS3 R5 así como el resto de desperfectos serían reparados en tiempo récord, listos para el próximo Rallye Villa de Adeje.
La salidas de pista fueron prácticamente para todos los públicos, aunque en la mayoría de los casos actuaron de forma positiva los sistemas de seguridad, tal y como pudimos ver en el trallazo de Nikolay Gryazin, el cual perdía la zaga de su Skoda Fabia R5 en una frenada fuerte y serían las barreras de piedra las que impedirían que el coche se cayera por el desnivel.
Yeray Lemes tampoco tuvo suerte en lo deportivo en el que era su regreso a la competición internacional después de tomar parte en el pasado Rally de Catalunya. En este caso, el de Auto-Laca perdía el control del Fabia R5 y al tratar de recuperar la dirección se iba contra el guardarraíl rompiendo uno de los tirantes de la dirección y viéndose obligado a abandonar tras el TC9. Aun así, le salvó de lo que podría haber sido otra buena caída. ¿Efectivos o no? En el caso de los coches han demostrado sobradamente serlo en la mayoría de las situaciones, sin embargo, esta seguridad habría que hacerla extensible al resto de usuarios y de ejemplos…