La IndyCar acordó que la próxima generación de motores debutará en la temporada de 2021, una fecha definitiva que se ha estipulado para no otorgar más largas a la introducción de los propulsores ya que el nuevo diseño aerodinámico entró en vigencia este año. Tanto Honda como Chevrolet estaban abiertos a negociar la fecha, pero al no advertirse un nuevo proveedor interesado en ingresar a la serie se determinó la fecha pautada. Se tiene la certeza de que básicamente se conservará la misma configuración pero se añadirá más potencia sin aplicar tecnología híbrida.
Las especificaciones definitivas de los motores se darán a conocer formalmente en la presente edición de las 500 Millas de Indianápolis, aunque Mark Kent, jefe de Chevrolet Racing, adelantó que es preferible conservar la fórmula V6 twin turbo, modificada para extraer mayor potencia, a correr con motores V8 turbo, tal como sucedió en la extinta serie CART. El plan es rentabilizar los propulsores a largo plazo y que sus costos sean accesibles, de allí que se descarte lo híbrido y lo eléctrico, aunque sea el presente y futuro del mercado automotor.
Se cree que el aumento de la potencia en los nuevos propulsores se establezca en unos 900 caballos, los actuales rondan los 750, y para ello deberá reforzarse el bloque de combustión interna, aumentar el litraje y graduar las válvulas de los turbocompresores, situación que también llevaría a elevar la capacidad de enfriamiento. Pero todos esos movimientos se pueden realizar utilizando los motores de esta generación, así que no será muy complicado tener listos los nuevos propulsores para la temporada de 2021.
Vía | Racer