Se esperaba que Toyota sufriera en Sakhir. Incluso que Ginetta tuviera su gran oportunidad de la temporada de la mano del sistema de lastres implementado esta temporada por FIA y ACO. Pero la realidad acabó aplastando las ilusiones que despertó el triunfo de Rebellion en las 4 Horas de Shanghái. Desde la primera vuelta de las 8 Horas de Bahréin los equipos privados se empeñaron en devolver a Toyota a lo más alto y así fue.
Después de que Rebellion les sorprendiera en la lucha por la pole, Ginetta debió considerar que debían sí o sí hacerse con la cabeza de carrera nada más empezar y Charlie Robertson apretó de lo lindo a Bruno Senna… tanto que perdió el control de su coche y al írsele la trasera terminó provocando el contacto, que retrasó a ambos, así como al Toyota #8, dejando sólo al frente al #7. Demasiado fácil para un coche que pese a tener que copiar los reglajes de sus compañeros de equipo fue como un tiro durante todo el día.
Por ritmo Rebellion aún podía optar a la victoria. De hecho no tardó tanto Bruno Senna en dar caza al TS050 #8, una víctima fácil ante la ridícula velocidad punta de los coches nipones. Pero la fiabilidad tampoco sonrió a los privados en esta ocasión, dejándose cinco minutos en boxes Rebellion por culpa de la caja de cambios y acumulando problemas los dos coches de Ginetta, que ni siquiera vieron meta. En definitiva, Bahréin terminó siendo un paseo inesperado para Toyota, porque un equipo oficial suele serlo por algo más que la velocidad de su coche a una vuelta. La victoria del #7 permite a Conway, Kobayashi y López pasar a sus compañeros en la general del campeonato.
Tampoco hubo una emoción escandalosa en LMP2, donde al menos sí presenciamos la victoria de United Autosports. En presencia del patrón Zak Brown el equipo británico justificó su paso de Ligier a ORECA con un triunfo incontestable de Filipe Albuquerque, Philip Hanson y Paul di Resta. Segundo fue JOTA Sport con António Felix da Costa, Roberto Gonzalez y Anthony Davidson, demostrando que de no ser por la exclusión de Fuji estarían destacados al frente de la general.
En GTE-Pro tuvimos drama. Porsche se cayó de la pelea por problemas mecánicos en sus dos 911, dejando que la carrera fuera un duelo directo entre Aston Martin y Ferrari, que se alternaron en el liderato en función de las estratégicas. Y teníamos servida una preciosa pelea entre el Vantage #95 y el Ferrari #71 cuando a media hora del final le cayó un ‘stop and go’ a Miguel Molina por salir derrapando tras su última parada en boxes… Así se impusieron Sorensen y Thiim, debiendo conformarse el catalán y Davide Rigon con el segundo puesto. Lo cierto es que poca fortuna tuvo Ferrari, que también debió ceder el tercer escalón del podio al otro Aston Martin al considerar dirección de carrera que adelantó el #51 al #97 fuera de los límites de la pista.
A Porsche le quedó el eterno consuelo de la categoría GTE-Am, donde dominó Project 1 con Keating, Bleekemolen y Ten Voorde al volante, cuya victoria les devuelve a la lucha por el título ante los problemas mecánicos sufridos por el Aston Martin de TF Sport, líder antes de llegar a Sakhir.
El Mundial de Resistencia se toma ahora un respiro hasta febrero, cuando tenga lugar la prueba en el Circuito de las Américas que sustituye a la cancelada visita a Sao Paulo.
Foto | Toyota GAZOO Racing