El mundo de las carreras es imprevisible. Los pilotos, como buenos deportistas de élite, no son inmunes a las lesiones en su profesión y cualquier tipo de imprevisto suele costar caro en una disciplina en la que un corredor en forma es muy importante. No es extraño ver bajas en las listas de inscripción de las 24 horas de Le Mans en tiempos recientes, pero la baja de este año presenta un elemento poco común. Y es que Lucas di Grassi, que en principio iba a competir en el Ferrari #51 junto a James Calado y Alessandro Pier Guidi, no estará en su quinto Le Mans consecutivo por una lesión.
Di Grassi se lesionó hace una semana, jugando un partido de fútbol con amigos en el que se rompió el peroné. El incidente no le impidió correr en las carreras de Fórmula E en Berlín, dónde logró dos podios que le reenganchan a la pelea por el título. Pero una vez ha llegado a Le Mans, el brasileño no ha podido pasar los test médicos ni cumplir el tiempo máximo de siete segundos que se les pide a los pilotos para salir de su coche a tiempo, hecho que ha provocado su baja en la carrera de resistencia más famosa del mundo.
Hasta ahora, Di Grassi había logrado tres podios en cuatro participaciones e iba a debutar con un GT. Le sustituirá Michele Rugolo, piloto vinculado de Ferrari que en principio solo iba a correr en el Road to Le Mans, la carrera previa a las 24 horas. Rugolo tiene un podio en GTE Am y buscará realizar un buen papel en su debut en GTE Pro, en lo que va a ser su quinta edición en la clásica francesa.