Hace poco más de dos años el apellido Bulacia comenzó a sonar más allá de la época reservada al Rally Dakar. En ese momento era un joven de 15 años con un diminutivo cariñoso por nombre para no ser confundido con su padre, Marco Bulacia, el que sorprendía a los medios a este lado del charco por sus prematuras victorias en su país al volante de un Toyota Corolla WRC. Unos meses más tarde, se confirmaba que ese piloto en ciernes decidía dar el salto internacional, siguiendo en parte los pasos dados por Kalle Rovanperä, el primero, junto a Oliver Solberg y Marquito Bulacia, de una generación de grandes volantistas de rallyes prematuros, empujados todos ellos por la pasión de sus padres por la competición.
Ya en el enfrentamiento directo en el Memorial Bettega 2017, Marquito Bulacia dejó una impronta de su calidad y aunque su 2018 ha pasado ciertamente desapercibido a nivel internacional después de apenas haberse dejado ver en México y Argentina dentro del WRC2, siendo la cita norteamericana su acicate de esta primera parte de temporada al aprovechar los numerosos abandonos para terminar cuarto. Llegó el mes de junio y tanto el piloto como su círculo cercano decidieron hacer un cambio de aíres. Llegaron a España y se pusieron en manos de Race Seven, equipo cántabro propiedad de Víctor Pérez que poco a poco gana cada vez más peso en la escena, tanto nacional como internacional. Ellos fueron precisamente los que se fueron a la República Checa para transporta una de las unidades del Skoda Fabia R5, un verdadero seguro de competitividad aunque pasen los meses.
Corría la recta final del mes de junio cuando todas las partes sellaron su primera colaboración. Con Fabián Cretu a su derecha, Bulacia debutaba en España compitiendo en el Rallye de Tierra Ciudad de Astorga frente a habituales del CERT como Gorka Eizmendi o Daniel Alonso y su espectacular Ford Fiesta RS WRC. Aquella primera incursión en la tierra española, valedero en este caso para el Campeonato de Castilla y León, terminaría saldándose con triunfo para el joven boliviano el cual no alcanzará la mayoría de edad hasta el próximo 27 de septiembre.
Dos meses después, cuando los campeonatos nacionales van saliendo del letargo que conlleva este a veces inacabable parón estival, Bulacia y Cretu se volvían a dar cita en España, en este caso buscando un objetivo mayor, la quinta cita del Nacional de Tierra, el Rally de Cervera, el que había sido hasta ahora un coto privado de Xevi Pons, acostumbrado ya a vencer en una prueba en la que encabeza la tabla de triunfadores con tres victorias. El catalán, imbatible en este inicio de campaña con cuatro victorias y pleno de puntos hasta llegar al verano llegaba a dejar finiquitado su título de Campeón del CERT y, de paso, seguir ampliando su lista de trofeos en Cervera, la tierra de los hermanos Márquez. Sin embargo, le surgió un problema con apellido boliviano y muchas ganas de seguir demostrando que en tierra es capaz de apretar mucho.
Bulacia comenzaba dando un golpe sobre la mesa contundente. Tres de cuatro scratchs posibles que le daban una decena de segundos de ventaja sobre el gran favorito a llevarse la victoria final, Xevi Pons. El Campeón del SWRC en 2010 sólo conseguía parar la hemorragia al sumar uno de los mejores tiempos durante la mañana, mientras que Bulacia debía acostumbrarse a la dinámica de notas y a unos tramos que no conocía. Incluso hubo lugar para un susto en la especial A2, cuando el Skoda Fabia R5 se iba largo en una curva de derechas y se ponía a dos ruedas rozando el vuelco. Se recompuso la pareja sudamericana, logrando además el scratch en ese tramo.
Por detrás, ni Pep Basols ni Daniel Alonso podían igualar el ritmo de los dos pilotos internacionales, prestando especial atención a la batalla por ser el mejor N5, en este caso algo más que una batalla por la categoría, ya que Javier Pardo defendía los intereses de Suzuki Ibérica y ARV, mientras que Efrén Llarena estrenaba el Peugeot 308 N5 de Mavisa y RMC Motorsport.
La batalla se recrudecía ya en los tramos de la tarde. Pons, que esperó el error de Bulacia, se dio cuenta de que era el momento de apretar para evitar que el boliviano cobrara una ventaja que pudiera ser inalcanzable. Xevi conseguía su segundo scratch consecutivo, reduciendo la ventaja que le llevaba Marquito a menos de la mitad. Sin embargo, hubo contestación inmediata por parte de un Bulacia que se llevaba el mejor tiempo del D1 con una ventaja de 11,2 segundos que dejaba prácticamente vista para sentencia la carrera a falta de dos especiales para terminar.
Bulacia llegaría a la asistencia con el frontal ligeramente dañado, dando muestras de que estaba rodando a un ritmo muy alto para superar a un Xevi Pons que se había mostrado inalcanzable durante lo que llevamos de 2018. Todo estaba dispuesto para un gran final, incluso más apretado después de que el boliviano no pudiera pasar del cuarto mejor tiempo en el C2, el penúltimo tramo, cediendo 13,3 segundos en el que era el mayor golpe sobre la mesa del piloto de Calm. Se quedaba la lucha por el triunfo en solo 2,6 segundos en un duelo no apto para cardíacos y que se decidiría cuando Pons llegaba a meta con una de las ruedas traseras pinchadas y con más de un minuto perdido. Como tranquilidad para Xevi, la victoria dentro del Campeonato de España era para él, algo que sumado al abandono de sus principales rivales le deja prácticamente en bandeja el título justo cuando llevamos sólo una prueba de esta segunda mitad de temporada.
Josep Basols completaba el podio, con dos minutos respecto al otro Skoda, el de Bulacia y con 25 segundos de renta sobre Daniel Alonso que regresaba del verano con una valiosa cuarta posición. Javier Pardo por su parte era el mejor N5, pero obviamente el triunfo dentro de la Copa RMC corría a cargo de Efrén Llarena y Sara Fernández, con Fran Cima y el llanisco Dani Cué en segunda posición y Juan Carlos Aguado y Vanessa Valle terceros, despidiéndose estos últimos de la competición de forma momentánea. Por el camino se quedaban José Luis Peláez que tenía problemas con la bomba de gasolina de su Skoda, Eduard Forés con una fuga de aceite y Jorge del Cid tras una pequeña salida de pista.
En el apartado de Dos Ruedas Motrices, el triunfo era para Aritz Iriondo y Joseba Sánchez, mientras Iago Gabeiras y Marcos Franco se imponían en la segunda cita de la Beca U25. La Mitsubishi EVO Cup tenía acento canario, siendo para Juan Carlos Quintana y Rogelio Peñate la Copa Kobe Motor para Kevin Guerra y Daniel Sosa, con el apartado Grupo N viendo como ganadores a Gustavo Sosa y Víctor Pérez.
Clasificación final del Rally de Tierra de Cervera 2018:
Pos | Piloto-Copiloto | Coche | Total | Dif. 1º |
1 | Bulacia-Cretu | Skoda Fabia R5 | 1h 16’34″4 | |
2 | Pons-Sanjuan | Peugeot 208 T16 R5 | 1h 17’47″5 | +1’13″1 |
3 | Basols-Amigo | Skoda Fabia R5 | 1h 18’34″5 | +2’00″1 |
4 | Alonso-Carrera | Ford Fiesta WRC | 1h 18’59″4 | +2’25″0 |
5 | Pardo-Perez | Suzuki Swift R+ | 1h 19’50″3 | +3’15″9 |
6 | Llarena-Fernandez | Peugeot 308 N5 | 1h 20’43″0 | +4’08″6 |
7 | Quintana-Peñate | Mitsubishi Lancer Evo X | 1h 22’28″7 | +5’54″3 |
8 | Orriols-Pujolar | Skoda Fabia R5 | 1h 22’53″4 | +6’19″0 |
9 | Domenech-Coronado | Citroën DS3 R5 | 1h 23’01″0 | +6’26″6 |
10 | Pons-Muntadas | Skoda Fabia R5 | 1h 24’24″5 | +7’50″1 |
Fotos | CERT y Marquito Bulacia Wilkinson