Sorprendió a propios y extraños con su actuación en las 500 Millas de Indianápolis de 2017, cuando fue el piloto que más vueltas lideró y finalizó cuarto, pero el reciente fracaso de Carlin en el Brickyard ha hecho que Max Chilton se replantee las cosas. El británico ha optado por no participar en las citas en óvalo que restan de la temporada 2019 de IndyCar tras su no clasificación en Indianápolis, dejando su volante a Conor Daly para la prueba que tendrá lugar esta semana en Texas.
En el comunicado lanzado por Carlin, equipo que no olvidemos tiene como máximo responsable a su padre Grahame Chilton, el piloto británico asegura que «el cálculo de riesgos es un factor clave tanto para Gallagher como para mí a la hora de trabajar juntos». Además alaba la decisión de introducir parabrisas la próxima temporada en el certamen nortemaericano: «Estoy emocionado y encantado por el trabajo proactivo llevado a cabo por la IndyCar en lo que respecta a la seguridad de los pilotos y la innovativa solución desarrollada junto a Red Bull Advanced Technologies». ¿Deja por lo tanto la puerta abierta a un regreso una vez se introduzca la próxima temporada?
Hay que recordar que esta situación no es tan extraña, pues un compatriota de Chilton como Mike Conway ya optó por competir sólo en trazados ruteros y urbanos en las temporadas 2013 y 2014. El ahora piloto de Toyota sufrió un espeluznante accidente en la Indy 500 de 2010 y no se clasificó para las de 2011.
Foto | IndyCar Series