El equipo de Woking ha confirmado esta misma mañana la llegada de un importante recurso humano para comenzar a poner los cimientos de la nueva estructura que tiene que devolver a McLaren a la lucha por las victorias. La marcha de Eric Boullier y gran parte de sus hombres de confianza ha terminado por el momento con la incorporación de James Key proveniente de la Scuderia Toro Rosso. Él será el nuevo director técnico que diga qué rumbo seguir en el desarrollo del coche para el año que viene.
Sin embargo, la escudería británica ya hace tiempo que se encuentra centrada en el que será el heredero del MCL33. Fernando Alonso le ha puesto cifras a este trabajo en la factoría, apuntando a que la carga más reciente del equipo ha ido destinado precisamente en el coche de 2019 en un 70%, mientras que el 30% restante ha servido en parte para parchear el coche actual, muy alejado en cuanto al rendimiento del resto.
A pesar de que se esperaba que la llegada de los motores Renault le permitiera en parte recuperar el terreno cedido durante los últimos años, a McLaren no le ha quedado otro remedio que reconocer que su chasis no era tan bueno como aseguraron en repetidas ocasiones, algo que demuestra el hecho de encontrarse muy lejos en los tiempos respecto a Red Bull y que son ‘de lejos’ el peor equipo con motores del fabricante francés. Sólo una evolución completa en lo que llevamos de año y muchos experimentos que no han terminado de ayudar al equipo a encontrar la dirección correcta.
Estamos trabajando muy duro y muy duro en las debilidades del coche. Después de investigar en tres o cuatro viernes, durante la FP1, únicamente haciendo desarrollo e investigación aerodinámica, nosotros sabemos que comprometemos el resultado en clasificación y en carrera, pero conseguimos mucha información en dichos viernes y creo que estamos en un punto en el que sabemos exactamente lo que tenemos que hacer.
En principio se espera mantener este plan lo que resta de temporada, utilizando la jornada de los viernes como forma de encontrar nuevos diseños aerodinámicos que permitan al equipo recortar mucho ante la brecha que esos 10 años a los que apuntó Zak Brown como el peor de los escenarios. No es extraño este movimiento, otros equipos como Sauber o Williams ya lo han valorado y la decisión de McLaren puede empujarles en parte a comenzar a destinar más esfuerzos en el coche de 2019.
Hay algunas soluciones para este año, pero diría que el 70% de nuestro conocimiento y la percepción sobre este coche será para el proyecto del año que viene. Sobre todo porque requiere tiempo, tres o cuatro meses de trabajo en el túnel del viento y demás elementos. Todo ello es quizás mejor dedicarlo a 2019. Creo que tenemos una dirección clara ahora, por lo que esa es la cosa más importante.
Vía | Autosport.com
