No podía tenerlo más fácil. Había dominado el fin de semana de cabo a rabo. Tenía sus dos coches en primera fila. Conservaron a regañadientes tal posición de privilegio tras un susto dado por Kimi Räikkönen. Y aún así Mercedes logró perder el Gran Premio de Austria y devolver el liderato del Mundial de Fórmula 1 a Sebastian Vettel y Ferrari. Habrá quien se quede con las roturas sufridas por Valtteri Bottas y Lewis Hamilton, pero estratégicamente los de Brackley tampoco estuvieron a la altura.
La mala arrancada del poleman Valtteri Bottas permitió a Kimi Räikkönen colarse entre los dos Mercedes en la salida, llegando a disputar la frenada de la siguiente curva el finlandés a Lewis Hamilton. Pero tan rápido como subió la espuma terminó bajando y el de Ferrari no sólo cedió el segundo puesto a su compatriota sino que además vio cómo Max Verstappen le superaba al toque en el tercer sector.
Todo parecía de nuevo en orden y encaminado hacia el doblete de Mercedes, pero pronto se sucedieron las averías. Justo cuando veíamos a Nico Hülkenberg reventar el motor de su Renault en plena recta de meta Valtteri Bottas empezaba a sufrir problemas hidráulicos, quedándose tirado. Los dos abandonos forzaron la salida del Virtual Safety Car y ahí se cavó Mercedes su tumba. Incapaz de reaccionar, dejó en pista a Lewis Hamilton mientras todos sus rivales arriesgaban y realizaban su parada para ahorrar tiempo. Con independencia de que no les salieran las cuentas ante el peligro de blistering y degradación, cedieron virtualmente la posición en pista.
Así, Max Verstappen salió a unos trece segundos de Lewis Hamilton, perdiendo poco a poco ritmo el líder. Y cuando éste terminó entrando a realizar su parada tal y como estaba previsto, regresó en cuarta posición, tras los Red Bull de Verstappen y Ricciardo, el Ferrari de Kimi Räikkönen y con su máximo rival por el campeonato, Sebastian Vettel, ya al acecho al haberse deshecho en los primeros compases de carrera de los Haas tras una primera vuelta complicada.
Lo que no esperaba Lewis Hamilton, ya caliente por las conversaciones por radio con su equipo, es que además su teórica ventaja de neumáticos se esfumaría al caer víctima del graining, quedando a merced de un Vettel que arriesgó y obtuvo su merecido premio. Hamilton terminó entrando de nuevo a boxes, una parada ‘gratuita’ dado el enorme margen con respecto al resto de la parrilla, pero el mazazo estaba aún por llegar: perdió presión de la gasolina y terminó abandonando.
La situación parecía ahora inmejorable para Ferrari. Los dos Mercedes fuera. Sus dos coches segundo y tercero y con aparente mejor ritmo que el líder, Max Verstappen. Pero incluso en esas circunstancias un día que debería ser de fiesta dio motivos para que en Maranello tuerzan el gesto. El neerlandés se les escapó vivo con una magistral gestión de los neumáticos pese a que su margen jamás fue holgado, pero además la Scuderia fue incapaz de poner en práctica órdenes de equipo y dejó escapar así tres puntos que pueden ser vitales para Sebastian Vettel a final de campeonato al acabar tercero tras su compañero Kimi Räikkönen. Un solo punto le permite volver a encabezar el Mundial de Pilotos.
El abandono también de Daniel Ricciardo, por problemas de escape en un fin de semana muy complicado justo cuando su renovación con Red Bull parecía encarrilada, provocó que sólo tres coches completaran todos los giros previstos en este Gran Premio de Austria. Romain Grosjean terminó con su pésima racha al acabar cuarto, sumando así sus primeros puntos del año por delante de su compañero Kevin Magnussen y los Force India de Esteban Ocon y Sergio Pérez, mientras que los estragos que causó el graining abrieron la puerta a que Fernando Alonso alcanzara un inesperado octavo puesto.
El español de McLaren tomó la salida desde el pitlane, al decidir cambiar motor y alerón delantero. Esto y el toque de Stoffel Vandoorne con un Toro Rosso en la salida hizo que McLaren ocupara los dos últimos puestos en el inicio de la prueba y que Alonso pidiera por radio algo de innovación estratégica. Y el Virtual Safety Car, unido a una prodigiosa gestión de los neumáticos, le abrió la puerta del cielo. Fue comiéndose uno a uno a aquellos que optaron por no parar, aquellos que debieron parar de nuevo por problemas de gomas (como Carlos Sainz Jr.) y terminó adelantando en pista a Charles Leclerc (9º) y Pierre Gasly (11º, tras Marcus Ericsson). Poco que celebrar en Woking, pero al menos supone un alivio tras un mes lamentable.
En todo caso Red Bull Ring nos deja una carrera más que entretenida y un Mundial mucho más apretado, quedando de nuevo en evidencia que Mercedes, bajo presión, falla. La fiabilidad puede que no les deje tirados de nuevo en lo que resta de temporada, pero el muro lleva cometiendo errores tapados por el buen rendimiento de sus monoplazas demasiado tiempo.
Foto | Daimler