La Fórmula 1 se ha actualizado de cara a este 2017 con la llegada de los nuevos monoplazas y los nuevos dueños de los derechos comerciales, algo que ha provocado a su vez la decisión de generar experiencias para los aficionados que enriquezcan la oferta durante los fines de semana. Uno de los eventos iniciados fue el de volver a poner en pista los biplazas realizados sobre la base del Tyrrell 026 y gestionados por Paul Stoddart.
Tras ponerlo en pista por primera vez durante el pasado Gran Premio de España, Mike Gascoyne y su empresa (MGI Consultancy) fueron contratados para realizar el rediseño de los vehículos, cuya estética había quedado claramente obsoleta. Esta misma mañana presentaba las primeras imágenes en redes sociales, en las que podemos observar una apariencia más adaptada a los nuevos monoplazas, con la llegada de nuevos alerones multiplanos, bargeboards y un nuevo spoiler trasero adaptado a la normativa de 2017.
No han tardado en llegar las primeras críticas, especialmente sobre el pilar de protección antivuelco situado entre el piloto y el pasajero. El propio Mike Gascoyne ha admitido que se encuentran trabajando para mejorar la visibilidad de este último, con un rediseño que en estos primeros diseños virtuales no ha sido tenido en cuenta y que deberá mantener los niveles de seguridad para los dos ocupantes. Incluso, según lo declarado a Autosport por el británico, se está valorando instalar ciertos displays para que el copiloto pueda ver parámetros como en qué parte del circuito se encuentra o a qué velocidad están rodando.
El plan será el de crear dos nuevos chasis de cara a 2018, los cuales deben ser más cómodos para ambos ocupantes y además permitir que pasajeros más grandes puedan disfrutar de una experiencia inolvidable. La evolución desde luego ha sido más que evidente.
