Ahora que llegamos a los últimos días antes de los test de pretemporada, el trabajo en los talleres de los equipos de Fórmula 1 se intensifica, dando los últimos retoques a los monoplazas antes de que echen a rodar. Aunque pueda parecer que las escuderías modernas cuentan con un mayor control de los tiempos de producción y la logística, es inevitable que los problemas surjan y que se llegue prácticamente sin aliento a los últimos días u horas antes de la primera carrera… Sin embargo, las historias del pasado están inevitablemente rodeadas de la épica y la originalidad de antaño.
Corría la temporada 2001 del Mundial de Fórmula 1. Minardi afrontaba los últimos meses antes del Gran Premio de Australia con la incertidumbre que suponía el no tener coche cuando apenas quedaban seis semanas y media para la cita en Albert Park. Paul Stoddart llegó al equipo con sede en Faenza para tratar de poner algo de cordura con los escasos recursos humanos y materiales que disponían. A su llegada, reveló el trabajo que tuvieron que realizar a marchas forzadas para llegar con el PS01 a la primera carrera, a pilotar en este caso por el debutante asturiano, Fernando Alonso, y el brasileño Tarso Marques.
“Pasaron seis semanas y tres días desde el momento en que entré en ese edificio en Faenza, encontré sólo a 40 empleados y una pequeña maqueta de madera del coche, hasta que conseguimos colocar el vehículo real en la parrilla de Melbourne”. En declaraciones recogidas por Motorsport Magazine de Stoddart, el comprador de Minardi en aquella época reflejó lo que realmente se vivió en aquel equipo hace dos décadas.
Era el fruto a un sueño que había perseguido el empresario australiano, tras valorar la compra de Jordan o Arrows. Después de varios intentos frustrados, las negociaciones por la compra de Minardi comenzaron en diciembre del año 2000, por lo que el tiempo tras acordar la venta por 4 millones de dólares era muy pequeño para trabajar con lo quedaba de la escudería italiana. “Lo estábamos inventando sobre la marcha, pero trabajando las 24 horas del día. No era para pusilánimes”. Stoddart contaba con sus empleados del equipo de F3000, por lo que cogió uno de los aviones de su aerolínea y los mandó a Italia durante mes y medio para que trabajara con la escudería de Fórmula 1.
Aunque hoy en día sería denunciable, el equipo trabajo a lo que se conoce vulgarmente como ‘a cama caliente’, realizando turnos interminables y relevándose como podían “Conseguimos tantas habitaciones como pudimos en un pequeño hotel llamado The Capitolina”, dice Stoddart en su historia recogida por Motorsport Magazine. “La gente estaba muy ocupada, haciendo turnos de 12 horas para que Minardi siguiera funcionando las 24 horas del día. Al final de tu turno, regresabas al hotel, echabas a la otra persona de la cama a patadas y la enviabas de vuelta al trabajo«. Paul reconoce que incluso Fernando Alonso trabajo en el ensamblado de su propio monoplaza:
¡Fue uno de los pocos activos que vinieron con el equipo! Corrimos contra Fernando en la Fórmula 3000. Siempre recuerdo en el año 2000 cuando ganó bajo la lluvia en Spa-Francorchamps, con tanto estilo, pensé ‘Este chico tiene un talento real’. Cuando volví a conocerlo en Faenza, me dijo: ‘Paul, sumaré puntos para ti’. Si estuviéramos funcionando con el sistema de puntos de hoy, lo habríamos hecho muy bien. ¡Incluso yo construí y atornillé un alerón trasero! – Paul Stoddart
El rocambolesco shakedown y el 12º de Fernando Alonso:
“Casi nos perdimos el shakedown (en Varano) debido a la niebla”, recuerda. “Necesitábamos dos soportes de escape de titanio que se fabricaban en el Reino Unido. Al final enviamos un avión, vacío, de Faenza al aeropuerto de Coventry, solo para sentarnos y esperar. Enviar un avión de pasajeros de 126 plazas para recoger dos soportes puede sonar extremo, pero uno hace lo que tenía que hacer. El fracaso no era una opción. Íbamos a llegar a Melbourne sin importar nada”. Quizás lo más rocambolesco es que el equipo terminó por utilizar un F1 biplaza pilotado por Stoddart que tenían en posesión para tareas de marketing como forma de comparar el rendimiento en línea recta del recién nacido PS01, pilotado en aquella ocasión por Fernando Alonso. “El pobre coche de Tarso, lo construimos en el garaje de Melbourne. Fernando había llegado 12º en su primera carrera, el coche no debería haber durado 10 vueltas. Entré en el garaje y había tanta gente del equipo llorando, hombres adultos llorando con puro cansancio y orgullo”.
Solo unas semanas más tarde, Gustav Brunner, responsable de diseño del equipo le dejó un mensaje en la máquina de fax pidiéndole que le llamara. En esa conversación telefónica, este le anunció que fichaba por Toyota, algo que despertaría la furia de Stoddart, el cual ni corto ni perezoso, cogió el teléfono y llamó a Ove Andersson para pedirle explicaciones por haber osado ‘robarle’ un ingeniero clave con todo el dinero del que disponían. Aun así, lograrían sacar algo de dinero (en torno a 2,5 millones de dólares entregados por Bernie Ecclestone) por ese fichaje, bromeando con que ese fue uno de sus pocos ‘patrocinadores’ y el equipo siguió resistiendo de forma estoica esa primera temporada 2001 bajo el mando de Paul: “Acordamos una cifra, así que convertí a un director técnico que era tan inútil como las tetas de un toro en un patrocinador durante un año y seguí con mi vida”.
Vía | Motorsport Magazine