Porsche ha vivido en un mismo fin de semana lo que se siente al perder una carrera ganada y obtener un triunfo que parecía perdido. El equipo alemán se tuvo que recuperar este domingo a marchas forzadas de esa descalificación que fue aplicada sobre el monoplaza de António Félix da Costa. Esta vez, fue Pascal Wehrlein el que terminó por romper la estadística, aprovechando que, precisamente el líder del Mundial y ganador del sábado, Oliver Rowland se vino abajo en los últimos metros.
El británico de Nissan volvió a mostrar de nuevo una cara excepcional, siendo competitivo durante prácticamente todo el fin de semana en Misano, un trazado que parecía ajustarse a la perfección al tren motriz del fabricante nipón. Llegó con ventaja a la última vuelta y lo que parecía en un primer momento que se trató de un abandono tras quedarse sin energía por una mala gestión del piloto, finalmente se dio a conocer que lo que dejó a Rowland sin triunfo fue precisamente fue un problema con el software que había contado mal las vueltas de carrera y que, por tanto, Oliver no tenía la información correcta.
Recordemos que en la Fórmula E no hay una vuelta de calentamiento, sino que los monoplazas lo que hacen es un pequeño burnout unos metros antes del cajón de parrilla de salida que tienen asignado. En ese momento, el Nissan de Rowland interpretó que había pasado una vez por la línea de meta, por lo que cuando salió a carrera, el Software apuntaba a que había recorrido ya un giro, por lo que en la gestión de la energía que tenía disponible para la carrera ya no pudo realizarse correctamente.
Con Rowland cayendo en esos últimos metros (adiós a su merecida racha de cuatro podios consecutivos), fue Pascal Wehrlein el que aprovechó la situación, consiguiendo otro triunfo más en un circuito permanente, seguido en este caso por Jake Dennis, también con un fin de semana excepcional, y Nick Cassidy, con Nico Mueller quedándose a las puertas de darle un podio al equipo ABT Cupra al ser cuarto por media centésima.
Jake Hughes al igual que ayer con Evans, no fue capaz de convertir su Pole Position a la victoria, teniendo que conformarse con la octava posición por detrás del Nissan de Sacha Fenestraz, quinto, y de Sergio Sette Camara, mientras que cierran los diez primeros puestos Jean-Eric Vergne (séptimo) con el primer DS, Maximilian Gunther y Jehan Daruvala con los Maserati.
Fue una carrera con muchos toques al igual que ayer, lo que derivó en muchos casos en alerones rotos que derivaron a su vez en daños en los neumáticos y otras consecuencias, con nombres tan importantes como los de Norman Nato, Frijns (con salida de pista que obligó a sacar el Safety Car) Da Costa, Evans, Vandoorne y Buemi teniendo que pasar por boxes. La regularidad está demostrando este año no ser suficiente en la Fórmula E, razón por la que este cero del domingo le ha hecho tanto daño a Rowland como para tener que ceder la cabeza de la clasificación general en favor de Wehrlein y de Jake Dennis, los dos empatados a 89 puntos por los 80 de Rowland cuando todavía quedan nueve ePrix.
