Siete rallyes y una clara tendencia de hacia dónde va este Mundial de Rallyes 2019 que ya ha llegado a su ecuador. La general obviamente ha quedado partida en dos, con los tres protagonistas del WRC 2018 de nuevo al frente, pero si cabe con una mayor diferencia sobre el resto ya que Ott Tänak no realiza ese papel de hilo conductor que sí tomó el año pasado cuando el estonio todavía estaba en el proceso de adaptación de un Toyota Yaris WRC que tampoco era una referencia absoluta en términos de fiabilidad.
Portugal fue en 2018 la sexta de las 13 pruebas que conformaban el calendario. De tierras lusitanas, Thierry Neuville y el Hyundai i20 WRC Coupé salían lideres después de vencer su segunda prueba del año, mismos triunfos que lleva este año, y aprovechar el abandono de Sébastien Ogier. En total eran 119 puntos los que lucían en la clasificación general del belga, por los 100 que por aquel entonces tenía el francés de M-Sport y los 72 de Ott Tänak que se encontraba en la tercera plaza con 12 de ventaja sobre Dani Sordo.
Es curioso que esos 60 puntos del cántabro tras seis rallyes (cinco en su caso tras no correr Suecia) son ligeramente mejorados en 2019 por los 65 de Elfyn Evans tras siete pruebas, sin embargo, la excelencia de los tres primeros clasificados ha llevado a que esta brecha entre la cabeza del pelotón y el resto sea ya de más del doble con los 142 puntos obtenidos ya por Sébastien Ogier, muy a su pesar líder del Mundial a la llegada a Cerdeña.
Aunque también ha perdido dos pruebas por temas de fiabilidad, Ott Tänak está rentabilizando sus tres triunfos para casi doblar los puntos que llevaba cuando el año pasado llegamos al ecuador (con un rally más disputado). Las segundas partes del estonio suelen ser incluso mejores, teniendo en Alemania uno de sus rallyes fetiches con dos triunfos consecutivos en una prueba en la que Ogier y Neuville no siempre han gozado de grandes resultados y en la que ambos han cometido errores de ‘ceros’. El piloto de Toyota ya tiene más puntos tras siete carreras que los que tenía en 2018 después de nueve, por lo que ha perdido obviamente ese factor sorpresa del que gozó tras su resurrección a mitad de año con los tres triunfos consecutivos.
¿Cuáles son las bazas de cada uno?
Este año ya ha sumado esa cifra, por lo que Tänak puede elevar su registro incluso más allá haciendo valer su velocidad y la llegada a rallyes en los que la fragilidad del Yaris WRC puede que tenga menor incidencia en el resultado, siempre con el permiso de Cerdeña y Turquía, las dos citas más complicadas de lo que resta de 2019 si nos ceñimos a las ediciones pasadas. El equipo apuntó a que se había trabajado en endurecer el coche antes de Portugal, pero tal y como pudimos ver con los abandonos de Jari-Matti Latvala y Kris Meeke, está lejos de ser definitivo. Aun así, la velocidad de Ott ha compensado la falta de fiabilidad del coche, y su gestión de los rallyes y frialdad parecen tenerlo mentalmente un paso por delante de Ogier y Neuville.
Líder del campeonato provisionalmente, Ogier sabe que volverá a sufrir en la isla italiana dentro de apenas dos semanas abriendo pista a no ser que ocurra un milagro para él y llueva. El Citroën C3 WRC está también lejos de ser perfecto, fiable, pero un paso por detrás en cuanto a velocidad respecto al Hyundai y el Toyota. Por si fuera poco, Esapekka Lappi no solo no ha conseguido discutirle el liderato a Ogier, sino que sus resultados hasta ahora tampoco han ayudado demasiado a su compañero de equipo y menos aún a la marca en su batalla con solo dos coches. Una espada de madera frente al batallón de sus rivales.
Mientras que el francés ha sacado oro de la situación, de sus seis podios de siete posibles y de su habilidad natural para vencer Power Stages, Therry Neuville ha tenido que reponerse de uno de los palos de su vida para no perder el tren de un campeonato en el que cuenta con una dos ventajas: una, su propio rendimiento al volante y capacidad de ganar en todas las superficies, así como el apoyo de tres pilotos de mucha experiencia, con la incalculable ventaja de contar con el nueve veces Campeón del Mundo de Rallyes para poder sacar esas décimas que le faltan al coche y tratar de desterrar por completo ese subviraje crónico del coche en asfalto. En su contra, que el histórico no le favorece, después de fallar en momentos claves durante las dos últimas temporadas. Siete pruebas por delante, tres contendientes un paso por delante del resto y una historia por contar… La del séptimo título de Ogier en el WRC, o la del fin del reinado de los pilotos Seb, el primero de la historia de un belga o un estonio.