El COVID-19 y las cuarentenas puestas en marcha por gobiernos de todo el mundo están siendo un enorme quebradero de cabeza para todos los promotores automovilísticos. Hay que cuadrar contratos con organizadores, televisiones, patrocinadores, equipos y pilotos tratando al mismo tiempo de prescindir de cuantas menos carreras sea posible para que el tinglado se mantenga en pie. Y los más ambiciosos parecen ser los de la NASCAR, que hoy por hoy no renuncia a una sola de sus carreras previstas en 2020.
Aunque su temporada está congelada hasta al menos mediados de mayo, los máximos responsables del certamen norteamericano quieren conservar a toda costa cada una de las pruebas programadas para este año 2020 según desveló Adam Stern. Y ello pasa por todo tipo de soluciones, a cada cual más innovadora.
La sencilla, emplear los fines de semana de parón (durante los JJOO) y extender su temporada más allá de noviembre Pero también contemplan posibilidades más rocambolescas según Stern, que pasan desde organizar dos carreras el mismo fin de semana en aquellos trazados que habitualmente alberguen dos citas durante el año hasta celebrar pruebas durante la semana para terminar desplazándose a otro trazado el fin de semana.
Una carrera en miércoles o jueves puede sonarnos extrañísimo a los europeos, pero no es tan extraño en el mundillo del ‘dirt track’ y los midgets, donde cualquier trazado de mala muerte en la profundidad de Estados Unidos puede terminar organizando una cita entre semana. Incluso la NASCAR tiene citas puntuales y especiales entre semana, como los Duels previos a la Daytona 500 o la visita de los Trucks (tercera categoría) a Eldora Speedway, óvalo de tierra. A ello hay que añadir que buena parte de la parrilla está acostumbrada a correr más de una carrera a la semana por sus escarceos en otras categorías, siendo los reyes de eso hombres como el vigente campeón Kyle Busch o Kyle Larson. Hablamos por lo tanto de una locura sólo posible en el universo NASCAR.
Via | Adam Stern – Twitter
Foto | NASCAR