Esta semana acontecieron dos eventos que de alguna manera se relacionan con la serie documental Drive to survive que se transmite por la plataforma Netflix. El primero es la renovación del contrato entre la Fórmula 1 y la cadena ESPN para la transmisión de los grandes premios en Estados Unidos, en este caso se estableció un plazo de tres años a razón de un precio que fluctúa entre 75 a 90 millones de dólares por temporada. Hasta este año el gigante de las pantallas deportivas paga unos 5 millones, lo que concede una idea del aumento del índice de popularidad de la Fórmula 1 en Norteamérica.
Aunque Liberty Media recibió otras interesantes ofertas, por parte de Amazon y de Comcast, se inclinó por la propuesta de ESPN porque su fortaleza radica en la televisión y no en servicios de streaming. Por su parte, Netflix también aspira adquirir los derechos de la Fórmula 1 para explotarlos desde otras perspectivas, por supuesto a partir de la narrativa que ofrece en su plataforma. El interés de la categoría en suelo estadounidense se ha elevado tanto que para el año que viene se han estipulado tres fechas en el calendario: Austin, Miami y Las Vegas. Si bien ESPN posee los derechos para transmitir la Fórmula 1 desde el 2018, antes los tenía la cadena NBC, jamás encontraron un rating tan alto en sintonía, lo que agradecen a Netflix y su producción.
Por otra parte, tras la más reciente reunión de jefes de equipos, realizada en Canadá, para discutir la nueva normativa técnica de la FIA en cuanto al efecto marsopa, Otmar Szafnauer, jefe de Alpine, quedó sorprendido al observar las cámaras de Netflix dentro del recinto. Aunque existen imágenes en el documental Senna donde medios graban a los presentes en las conversaciones, le pareció que había mucha narrativa involucrada, sobre todo tras advertir la participación de Toto Wolff en el recinto.
Szafnauer indicó que Wolff llegó a ofuscarse y hasta a emitir palabras fuertes consciente de que las cámaras estaban allí, sugiriendo que su postura era exagerada, con el fin de destacar en Drive to Survive, posición que también fue compartida por Christian Horner, jefe de Red Bull, quien no tuvo reparos en manifestar que Wolff estaba haciendo un teatro y que su comportamiento hubiese sido distinto sin el personal y equipos de Netflix presentes en la reunión.
En palabras de Otmar Szafnauer:
¿Debería Netflix estar allí, o no deberían estar allí? ¿Nos ayuda a todos a entender algunas de estas cosas? Quizás. ¿Crea un drama que de otra manera no estaría allí? No lo sé. Es difícil saberlo, porque no es un experimento controlado. Debemos tener la misma reunión sin ellos allí. Si los fans lo ven y lo entienden, solo crea un poco más de atracción hacia nuestro deporte.
Vía | Racingnews365