Nico Hülkenberg es un piloto particular y veloz en su concepto de vida. El alemán afronta en 2019 su novena temporada en la Fórmula 1 y lo hace sin haber obtenido un podio, aunque con la probable mejor ocasión por coche que le ha llegado hasta la fecha. El Renault R.S.19 ha dado sus primeros pasos con un rendimiento irregular, más bien calmado en busca de la fiabilidad más que la velocidad pura y el tercer año del germano en la escudería gala es uno de teórico avance en la dichosa zona media de dudosa estabilidad.
«El objetivo es el mismo que la semana pasada, acumular kilómetros y conocer el coche«, descubrió Hülkenberg en el hospitality de la marca del rombo. Los datos acumulados del R.S.18 no son válidos para un inconformista piloto que considera que el mayor tamaño del alerón trasero cambia todo el sistema de reglajes. «El alerón es más grande, por lo tanto genera más drag. A más drag, más potencia… habrá que probar partes nuevas para comprobar la evolución del coche».
Tampoco importan mucho las cargas de gasolina por el momento, optando Hülkenberg por conversar sobre el deterioro del caucho. «En Barcelona el desgaste más importante es el de los neumáticos, nuestro coche parece ir bien con carga alta y baja de gasolina a falta de los últimos días. Por ahora el gasto de gomas es el esperado: el C2 y el C3 suelen ir mejor y cuánto más blando es el neumático más se degrada en un asfalto que aguanta», comentó el alemán.
La pelea más allá de los tres grandes equipos parece seguir igual de apretada que habitualmente, discurso que Hülkenberg acepta y rechaza al mismo tiempo por conocimiento del medio. «Sabemos que la zona media está igualada, pero es que cada año se dice lo mismo; llevo toda mi carrera en el midfield así que sé de lo que hablo. Hay que sacar el mejor desarrollo como equipo de fábrica que somos, Alfa y Haas parecen fuertes y también un poco Racing Point. Ser mejores en 2018 no implica que seamos mejores ahora», dijo Hülkenberg.
