Nico Hülkenberg es un piloto rápido, procedente de un país con tradición constante y descendiente y bien situado en la Fórmula 1 a pesar de no tener grandes logros. El alemán está en su octava temporada y ha conseguido dos vueltas rápidas y una pole position. Sin embargo se le sigue resistiendo el podio que se esperaba haber obtenido, cuestión extraña habiendo pasado por años sólidos en Williams, Sauber y Force India. La búsqueda de dicho podio fue uno de los motivos del cambio a un equipo oficial como es Renault, cuyo progreso puede ayudar a un Hülkenberg satisfecho con su trayectoria.
«Seguir en F1 y haber sobrevivido a la multitud de pilotos de pago es un logro» explica Hülkenberg. «A la vez también es malo y aburrido, porque quiero conseguir más resultados y hay que estar en el lugar adecuado en el momento oportuno. Por eso estoy en Renault aunque mi carrera deportiva no termina aquí, queremos luchar juntos y trabajar para llegar a lo más alto».
El campeón de la Fórmula BMW alemana, A1GP, F3 Euroseries y GP2 llegó con un palmarés envidiable a la máxima categoría internacional de monoplazas pero estuvo a poco de quedarse definitivamente fuera de la F1 a finales de 2010, cuando Williams le dejó sin asiento en beneficio de uno de los pay drivers más notorios de la década en Pastor Maldonado. «Nunca he tenido el apoyo de alguien que pudiera pagarme el asiento y he tenido que convencer a los equipos con mi rendimiento. Por suerte, cuando Williams me echó surgieron otros equipos que valoraron la velocidad por encima de la economía, hecho que me vino bien».
La evolución de Hülkenberg en Renault puede verse potenciada por la presencia de un piloto contrastado como Daniel Ricciardo, que debería ayudar al equipo galo a optar a posiciones más altas. Hülkenberg podría haber llegado antes a los objetivos marcados si hubiera ido a Ferrari, dónde tuvo opciones de desembarcar como compañero de Fernando Alonso en 2014 antes de que la Scuderia decidiera recuperar a Kimi Räikkönen. «Estuve cerca, hubo unas negociaciones y unos contratos que se firmaron y ratificaron pero eso ya no importa», comenta el alemán.