El Mundial Fórmula 1 no gana para sustos. Tras el fallecimiento de Sergio Marchionne hace apenas una semana, una noticia corría como la pólvora durante la jornada de ayer: Niki Lauda era sometido a un trasplante de pulmón en el Hospital General de Viena después de que lo que parecía una gripe durante su estancia en Ibiza no evolucionara correctamente. Por pedido expreso de la familia su estado se mantenía en secreto. Obviamente esto dio pie para que algunos medios austriacos informaran acerca del estado crítico del presidente no ejecutivo de Mercedes AMG F1.
En el primer comunicado del Hospital vienés se apuntaba a que la intervención quirúrgica había tenido un desenlace exitoso y se evitó entrar en más detalle ante el pedido expreso de la familia. Sería el tercer transplante al que es sometido el ex-piloto de Fórmula 1 después de recibir dos riñones donantes en los años 1997 y 2015. Ante el numeroso revuelo generado en prensa, Walter Klepetko, responsable de la intervención realizada ayer a Lauda, concedió unas declaraciones a la cadena austriaca ORF con el fin de tranquilizar a los aficionados.
Según el cirujano, el postoperatorio se desarrolla con normalidad y el equipo médico se encuentra muy satisfecho con la operación. En esas mismas declaraciones, Klepetko apuntó a que habrá que esperar entre más de dos semanas previsiblemente para que este sea dado de alta en el caso de que todo siga sucediéndose de forma positiva.
