Desde los inicios de Nitro Circus, e incluso en sus etapas anteriores, Travis Pastrana y los suyos se han caracterizado por hacer un tipo de espectáculo sin muchos lujos y muy centrado en ese tipo de shows muy alejados de la pompa y el boato. La idea inicial era divertirse por encima de todo incluso poniendo en riesgo su propia integridad física. Este lema se ha trasladado posteriormente también a sus competiciones de rallycross, evidentemente adaptándola y aderezándolo todo con el poder mediático que tiene el estadounidense.
No ha sido de extrañar que esto último precisamente ha sido el gran reclamo del Nitro RX en este 2021, series que ha terminado precisamente ganando el propio Pastrana, empatado a puntos con el también norteamericano, Scott Speed y por delante de los hermanos Hansen, uno de los equipos europeos que no dudó a la hora de llegar sus recursos al otro lado del charco para sumarse a esta fiesta.
Llegados a este punto, hay que aplaudir que haya sido capaz de organizar un campeonato con cinco fechas a lo largo y ancho de Estados Unidos con una buena participación internacional, con grandes nombres del país de las barras y las estrellas, además de todo el elenco en materia mecánica que nos dejan algunos coches campeones del World RX como el Audi S1 EKS RX o los Peugeot 208 WRX, frente a los Subaru WRX Sti de Vertmont Sportscar y los Volkswagen Beetle GRX. Sin embargo, ha habido muchas cosas más detrás que seguramente han sido incluso más excitantes que este duelo por ser el primer campeón del Nitro RallyCross.
Lejos del encasilla y restringido programa del Campeonato del Mundo, el Nitro RX ha preferido abrir su competición a cuantos más coches mejor, incluyendo los tan exitosos UTV como una de las categorías teloneras (idea con la que ya estaban trabajando hace unos años el extinto Global RallyCross Championship), así como lo que bautizaron como la “Happy Hour”. Lo que en otra atmosfera es un motivo para el derroche de risas entre alcohol, en el campeonato de Pastrana se convirtió en la competición definitiva.
Mismo circuito en el que participaban los Supercars de casi 600 CV, pilotos amateurs con la protección justa y coches derivados de la serie compitiendo puerta con puerta por el único premio del honor. Esto nos permitió ver grandes carreras como el “especial furgonetas” o una prueba que tuvo como único protagonista el modelo que se ha ganado el derecho de ser uno de los grandes íconos a ambos lados del charco; el PT Cruiser. Magnifico ver ese Airbag explotando al aterrizar del salto..
