Los camiones de NASCAR se encuentran en plena gira ininterrumpida primaveral y afrontaron en Kansas su segunda carrera consecutiva después de la variedad que se vio en Dover. No fue para tanto el evento en el céntrico circuito que presenció el dominio calmado de Noah Gragson. El joven piloto vinculado a Gibbs lideró 128 de las 167 vueltas y se llevó al fin una victoria moralmente necesitada, su segunda en la Camping World Truck Series, que le recuerda su posición de favorito en el campeonato después de varias desilusiones como la casi victoria en su debut en la Xfinity Series o el accidente a falta de vuelta y media en la cita previa en Dover.
Gragson perdió la ventaja de la pole position ya que mantuvo a raya a Cody Coughlin, su acompañante en la primera fila, pero no pudo contener a Matt Crafton, primer líder de carrera por el interior de la curva 3. La primera posición le duró poco ante el veloz Gragson, que recuperó el liderato en apenas cinco vueltas y procedió a escaparse. Kyle Busch regresó a la acción en el pick-up de su propiedad y pasó a Coughlin y a Crafton para ponerse segundo, alcanzando en pocos giros a su pupilo Gragson y con una distancia considerable sobre los demás pilotos; Crafton y Coughlin acabarían cerrando el top 10 junto a un sufrido Johnny Sauter. Gragson, Busch, Brett Moffitt, Ben Rhodes y Grant Enfinger firmaron el primer top 5 de la noche.
Resalió Gragson al frente y dejó atrás por poco tiempo a Rhodes y a Moffitt, siguientes ocupantes por delante del hambriento pelotón. Rhodes alcanzó al líder y le atacó en varias ocasiones hasta que tuvo que entrar en boxes con problemas mecánicos en su Ford, perdiendo así unas valiosas opciones de victoria. Prosiguió en cabeza Gragson a pesar de los ataques desmedidos de Moffitt, a quien contuvo para adjudicarse también el segundo segmento. Junto a ellos llegó Busch, que se rehízo de una parada lenta por neumático encallado para ser tercero. Brandon Jones y Stewart Friesen siguieron al trío delantero.
Justin Haley se puso líder al instalar solo dos neumáticos frescos y fue absorbido por dentro y fuera del pelotón, perdiendo posiciones de forma acelerada. Friesen y John Hunter Nemechek se juntaron con Gragson y Moffitt, estableciendo los cuatro jóvenes una buena lucha por el liderato. Moffitt se descolgó con problemas en su batería y se dejó varias vueltas en reparaciones, apareciendo al poco una caution por restos en pista. Friesen adelantó a Gragson en la resalida pero su gozo quedó en un pozo ante el trompo de Bo LeMastus, que le obligó a aflojar el ritmo, partir la palanca de cambios de su Chevrolet y caer de la primera a la séptima posición.
No pareció que Friesen quedase muy afectado por ello en la siguiente resalida, en la que ascendió cinco de esos puestos y se puso segundo. Friesen y Nemechek se pusieron a perseguir a Gragson pero el paso de las vueltas les hizo desistir en su intento ante la superioridad mecánica de los Kyle Busch Motorsports. El jefe también ascendió en el pelotón y adelantó a Nemechek. Gragson abrió la última ronda de pit stops para evitar sorpresas pero la jugada le salió mal al ser adelantado por Friesen y Busch, al mismo tiempo que varios pilotos (entre ellos Sauter y el invitado Darrell Wallace Jr.) alargaban su última detención.
Friesen perdió tiempo en el empuje final de los Toyota, en especial de un velocísimo Gragson que recortó tres segundos de desventaja y adelantó a Busch y a Friesen en menos de dos vueltas para asumir un liderato que recuperaría al adelantar a un Myatt Snider que intentó el milagro del consumo y se quedó sin gasolina a falta de tres giros. Gragson ganó con tranquilidad después de un dominio acaparador, seguido de Busch, Friesen, Nemechek y Sauter. Crafton y Coughlin salvaron el top 10 que no pudieron obtener los apostadores Austin Hill (a dos vueltas), Wallace y Snider (ambos a tres giros), todos ellos tirados por falta de combustible. Moffitt y Rhodes solventaron sus dificultades mecánicas y LeMastus se recuperó de su trompo, acabando a cuatro, cinco y siete vueltas del vencedor respectivamente.