Es difícil valorar de lo que ha sido capaz este joven británico en apenas medio año. Tras su grave accidente en abril del año pasado durante una carrera en Brands Hatch de la Fórmula 4 de su país, Billy Monger perdía sus dos piernas. Lejos de hundirse y alejarse de los circuitos de forma definitiva, Billy ha dado toda una lección de pundonor y de fortaleza mental a sus sólo 18 años. Después de haber probado un Volkswagen de la Fun Cup adaptado a sus limitaciones físicas actuales (trámite para recuperar la licencia de competición), hoy, Monger ha vuelto a subirse a un monoplaza en el trazado de Oulton Park.
Lo ha hecho precisamente con un monoplaza de la Fórmula 3 y con la ayuda del equipo Carlin. Apenas han pasado nueve meses de su grave accidente, cumpliendo con una promesa que realizó tan sólo unos días después del mismo. En el pasado ya hemos visto ejemplos en turismos, rally-raids y GT’s de pilotos que han podido volver a competir utilizando mandos adaptados para la conducción únicamente con las manos. Frédéric Sausset, Albert Llovera, Isidre Esteve o Joan Lascorz han demostrado que se puede pelear incluso por objetivos mayores en sus respectivas competiciones gracias al avance de la tecnología.
En el caso de un monoplaza se tiene que ir un paso más allá, ya que las estrecheces del cockpit obligan a una redistribución de las funciones de los mandos y que por ejemplo no se pueda hacer grandes movimientos con los codos. Con la colaboración de la FIA y de la Asociación Británica de Pilotos (British Racing Drivers’ Club – BRDC) para modificar la normativa referente a pilotos con limitaciones físicas, Monger está un poco más cerca de regresar a las carreras de monoplazas. Hoy, bajo unas condiciones completamente invernales, Billy se ha vuelto a sentir piloto.
No pensé que esto hubiera sido posible hace unos meses. El camino todavía es largo, pero el objetivo está más cerca, gracias al equipo de Carlin por hacer posible el día de hoy.