En más de una ocasión hemos hablado de los peligros que suponen las exhibiciones. Un divertimento, en una atmósfera controlada, con pilotos profesionales y con todo el mundo volcado en pos del espectáculo. Sin embargo, en muchas ocasiones pueden producirse errores de cálculo, situaciones imprevistas que nos transforman ese show en algo que roza el ridículo. No es la primera vez que ocurrirá ni será la última, pero este fin de semana Caio Collet ha sido uno de los encargados de protagonizar una anécdota más dentro de la historia de la Fórmula 1.
Como previo al Gran Premio de Brasil y dentro de una de las iniciativas en homenaje a Ayrton Senna, se celebró ayer un roadshow en la ciudad paulista en el que el piloto brasileño, miembro de la Academia de Renault, se puso al volante del Lotus E20 con los colores corporativos de la firma del rombo. un pequeño error de cálculo y un golpe contra el muro que terminó con el alerón y el morro dañado. Fin al espectáculo.
Como decíamos, ni es el primero, ni será el último. Durante los últimos años hemos visto sucesos parecidos con protagonistas diversos. Desde Kamui Kobayashi perdiendo el control del Ferrari por la gran cantidad de agua en Moscú, hasta Nick Heidfled estrellando el BMW-Sauber frente a los empleados de una de las factorías de la marca bávara. Max Verstappen con el Toro Rosso, Mohammed Ben Sulayem estrellando el Renault en recta, el desafortunado incidente de Buemi con un espontáneo en Japón, e incluso Marc Gené con sus toneladas de experiencia también terminó con uno de los monoplazas de la Scuderia contra las barreras en Rotterdam.