El ídolo local salía desde la pole position y con su máximo rival por el título en 14ª posición en parrilla por un fallo hidráulico durante la sesión de clasificación. Todo estaba preparado para la fiesta en Hockenheim. Pero la lluvia lo torció todo. No cayó de forma intensa sobre el circuito, al menos durante la carrera, pero sí lo justo para que Sebastian Vettel cometiera un mínimo error en el peor sitio posible y con las peores consecuencias deportivas imaginables. Esta es la historia de una jornada donde el liderato del mundial bailó por una frenada a destiempo.
La primera mitad de la carrera fue francamente decepcionante. El ritmo de Sebastian Vettel fue arrollador, pero tampoco vimos una lucha especialmente interesante entre sus perseguidores. De hecho la mayor ‘lucha’ en pista por los primeros puestos al final la ofreció Ferrari, con una torpe puesta en práctica de dos estrategias distintas para sus coches que hizo que Kimi Räikkönen y Sebastian Vettel se encontraran en pista, molestando el primero al segundo cuando en teoría iba a una parada más. Hizo falta que el ingeniero de pista del finlandés explotara todos los circunloquios imaginables para que las órdenes de equipo fueran aplicadas. ¡Menos mal que son legales y hay un jefe de filas claro!
Por detrás la remontada de Lewis Hamilton fue fluida pero le dejó a más de veinte segundos del liderato. Tocaba apostar a la estrategia e incluso esperar a que llegara la lluvia retrasando al máximo su paso por boxes. Sin embargo el estado de sus neumáticos se deterioró y Mercedes optó por montar ultrablandos. En principio no debían aguantar hasta la bandera a cuadros, pero valdrían para recortar tiempo en pista húmeda al ofrecer mayor adherencia. Y la jugada salió redonda al no caer la gran tromba, sino ir lloviznando sobre distintas partes del circuito.
De este modo Lewis Hamilton se metió en la pomada, a rebufo de un Valtteri Bottas que también recortó mucho tiempo a los pilotos de Ferrari, con problemas de gomas. Así aprovechó una mala gestión del tráfico por parte de Kimi Räikkönen para situarse segundo. Sebastian Vettel quedaba a ocho segundos, pero las condiciones de carrera invitaban a pensar que aún la prueba estaba viva. Y ahí llegó su error. No fue tan grande como sus consecuencias. Vettel no logró parar su Ferrari en el Motodrom y en una de las pocas zonas con grava y un muro cercano acabó lamentándolo.
La situación de su coche y las condiciones de pista hicieron que Dirección de Carrera optara por sacar el Safety Car y ahí fue cuando Lewis Hamilton se hizo con la victoria. Mercedes volvió a fallar bajo presión, montando caos donde tenía una situación de carrera muy favorable. Y evitando entrar en boxes en el último momento, algo que le valió una reprimenda, superó a su compañero de equipo Valtteri Bottas, quien además tuvo una parada lenta por no estar su juego de neumáticos listo. Ferrari tampoco hizo gran cosa por castigarles, pues fue incapaz de llamar a tiempo a Kimi Räikkönen y paró una vuelta más tarde. Así, aunque Bottas hizo ademán de atacar a Hamilton, el británico logró el triunfo por delante de los dos finlandeses.
Red Bull intentó remover el árbol como es habitual en ellos, pero esta vez salió rana. El intento de Max Verstappen con intermedios llegó a destiempo, un error camuflado por la amplia ventaja sobre el resto. Como evidenciaron su caso o los de Charles Leclerc, Fernando Alonso y Pierre Gasly, bajo esas condiciones de lluvia había que aguantar como fuera con neumáticos lisos y ahí sobresalió Nico Hülkenberg, recordando su maravillosa pole en Brasil 2010. El alemán logró en casa un brillante quinto puesto, por delante de Romain Grosjean, que compensó en cierto modo el desastre que su equipo montó con Kevin Magnussen, fuera de los puntos. También maximizó el resultado Esteban Ocon, que acabó tras Sergio Pérez tras rodar buena parte de la prueba lejos del ‘top ten’.
La carrera fue un desastre para los pilotos españoles. Carlos Sainz bien pudo puntuar, pero sufrió primero con la gestión de los neumáticos y posteriormente cometió un error imperdonable al superar a un Sauber cuando se iniciaba el protocolo de Safety Car, lo cual le valió diez segundos de sanción. Fernando Alonso por su parte nunca tuvo opciones reales de puntuar, con dificultades tremendas en el cuerpo a cuerpo y una estrategia claramente destinada a aprovechar la llegada de la lluvia que no funcionó. Luego McLaren arriesgó montando intermedios y empeoró la situación, quedando a dos vueltas. Ni siquiera el Safety Car arregló el desaguisado, optando por no cruzar meta.
La situación del Mundial de Fórmula 1 no es crítica para Sebastian Vettel. El alemán de Ferrari se queda a 17 puntos de Lewis Hamilton, que además acumula problemas de fiabilidad. Ferrari sigue teniendo un coche un poco más veloz. Pero el golpe moral es tremendo. Y en siete días hay una nueva carrera.
Foto | Scuderia Ferrari