El test de Fernando Alonso al volante del Chevrolet de Jimmie Johnson en la Monster Energy NASCAR Cup Series hace unos días en Sakhir o su participación en las próximas 24 Horas de Daytona al volante de un Cadillac DPi-V.R. de Wayne Taylor Racing eran pistas muy evidentes de que el anuncio de un acuerdo entre McLaren y Chevrolet para la edición 2019 de las 500 Millas de Indianápolis era inminente. Y finalmente éste se ha producido este martes.
Al contrario que en 2017, McLaren y Fernando Alonso no competirán en la cita estrella de la IndyCar Series con un propulsor Honda, a raíz de la deteriorada relación entre Woking y la marca japonesa. A ello hay que sumar que en la práctica Honda está mucho más cerca del límite de suministro que Chevrolet, lo cual podía suponer un límite a los planes de McLaren de instalarse a tiempo completo en Estados Unidos.
En todo caso no tiene por qué ser ni mucho menos un límite en cuanto a rendimiento, pues no podemos olvidar que Will Power se impuso en la pasada edición propulsado por un motor Chevrolet. Más dudas genera quién asesorará técnicamente a McLaren, pues la situación de Andretti Autosport genera muchos recelos y de hecho se ha venido rumoreando la posibilidad de que incluso Harding Steinbrenner Racing pasara a emplear motores Honda para evitar suspicacias.
Foto | IndyCar Series