No nos pilla por sorpresa pero no por ello deja de ser una gran noticia: Maserati volverá a la competición a partir de 2023 y lo hará en Fórmula E, uniéndose así a DS como representantes de Stellantis en el certamen de monoplazas eléctricos. El anuncio se produjo en la medianoche del martes y da aire a una Fórmula E que buscaba cómo compensar de cara a la introducción de su tercera generación de monoplazas las marchas de Audi, BMW y Mercedes.
Aunque cuenta con un pedigrí monumental en competición, siendo hasta los años sesenta el coche preferido de los pilotos privados en Grandes Premios, vencedora en el GP de Mónaco, las 500 Millas de Indianápolis, las 12 Horas de Sebring y un Mundial de Fórmula 1 de la mano de Juan Manuel Fangio (protagonistas además de su más legendaria victoria, en Nürburgring), el de Fórmula E será el primer gran proyecto de carreras de Maserati desde el MC12 GT1, dominador del FIA GT y las 24 Horas de Spa en los 2000 y que jamás pudo ir a Le Mans por cuestiones reglamentarias.
La apuesta por la Fórmula E encaja con la electrificación planificada por Stellantis de todo su grupo automovilístico y el empujón que quieren dar a Maserati, además de reforzar su vínculo con la competición: ahí tenemos el regreso de Peugeot a la resistencia o la presencia de Alfa Romeo en F1. Además es de esperar que DS, ya campeona en Fórmula E, les permita empezar desde una base técnica inmejorable a nivel de propulsor. Queda por conocer en todo caso la estructura a la que se aliarán para esta entrada en competición.