Llegó el 30 de septiembre, el plazo estipulado por Luca de Meo, CEO del Grupo Renault, para comunicar oficialmente lo que era un secreto a voces, que el fabricante francés no seguirá entre los proveedores de unidades de potencia en la Fórmula 1, así que el proyecto de la temporada 2026 se canceló. El comunicado emitido desde Alpine indica que en las instalaciones de Viry-Châtillon iniciará un programa denominado Hypertech Alpine, el cual se enfocará en el deporte motor, exceptuando la Fórmula 1, así que la escudería que compite en la categoría deberá asociarse con un proveedor externo y todo apunta a una alianza con Mercedes.
Aunque la decisión de Luca de Meo es impopular para los empleados de Renault, la creación de Hypertech Alpine en teoría les concederá la oportunidad de aprovechar lo invertido en investigación y desarrollo de celdas y componentes químicos de baterías de estado sólido para ser utilizados en otros programas deportivos como el Campeonato Mundial de Resistencia o el Rally Dakar. También está previsto que buena parte de la ingeniería y tecnología sean transferidas al próximo coche superdeportivo que tiene Alpine en su agenda.
Se espera que no se produzcan despidos masivos Viry-Châtillon, una de las razones para realizar las protestas, porque básicamente se está cerrando un departamento y se abre otro. Pero sin duda la desaparición de Renault de la Fórmula 1 constituye un fuerte revés para la industria francesa ya que se trunca de golpe una trayectoria que iba rumbo a los 50 años. Pero era un movimiento gerencial casi que obligado debido a que desde la introducción de la tecnología híbrida en la Fórmula 1 se han visto superados por sus rivales y además han permanecidos rezagados durante mucho tiempo. Para ponerse al día en el 2026 hace falta una cuantiosa inversión de recursos que resultará complicada de rentabilizar tomando en cuenta que Alpine no tiene clientes.
