Toda una vida ligada a un grupo automovilístico y un adiós que de nuevo vuelve a dejar un gusto amargo. 22 de octubre del año 2000, ese domingo fue el último en que Sébastien Loeb disputó un rally del Mundial con un vehículo que no perteneciera a Citroën. En aquel Rallye de San Remo al volante del Toyota Corolla WRC patrocinado por la FFSA, el alsaciano decidió que había llegado el momento de ligarse a una marca y a una familia, el Grupo PSA, en el que ha desarrollado casi dos décadas de su carrera deportiva, incluso aceptando retos nuevos como el RallyCross, Pikes Peak, Dakar o el Mundial de Turismos.
Pocos hubieran predicho que 18 años después (20 si tomamos la referencia de su participación en el Citroën Trophy), mientras celebraba su triunfo en el Rally RACC de Catalunya – Rally de España junto a su copiloto y amigo, Daniel Elena, íbamos a estar presenciando el final de una era, el adiós de un piloto al que no se le concibe sin el rojo ni los dos chevrones estampados en el pecho del mono ignífugo. La caída de Abu Dhabi como patrocinador llegaba en el peor de los momentos. Con Citroën Racing sin poder de reacción, no había opción para sentar en un tercer coche al alsaciano precisamente en el momento en el que Loeb más ansiaba volver a competir en el WRC.
Anunciado un día antes por los medios británicos, el jueves 13 de noviembre de 2018 pasará a la historia como la confirmación de uno de los grandes cambios de cromos de la historia del Mundial de Rallyes. Tras decir no en el pasado a estructuras como Ford y Volkswagen, Sébastien Loeb decidía recalar en Hyundai Motorsport para seguir disfrutando de la disciplina en la que se coronó nueve veces Campeón del Mundo, la misma que dominó de forma prácticamente dictatorial durante una década. Como si de una casualidad del destino se tratara, esta también fue la fecha elegida por Malcolm Wilson en 2016 para anunciar el fichaje de Sébastien Ogier por M-Sport.
Se pone fin a una relación que parecía indestructible, ya que tal y como decía Jean-Marc Galès, director de PSA, en 2011: “Loeb y Citroën son como París y la Torre Eiffel, inseparables”, algo que pone en relieve hasta qué punto Sébastien era considerado el corazón de este equipo que revivió el pasado mes de octubre con la 79ª victoria del piloto en el WRC. A partir de hoy podemos temer que la ciudad parisina se quede sin una de sus grandes referencias turísticas ya que Citroën también ha perdido el que ha sido su piloto estrella desde que en 2002 ese joven francés prácticamente venido de la nada estuviera a punto de llevarse la victoria en el Rallye Monte-Carlo en su segunda carrera con el Xsara T4 WRC.
Sébastien Loeb disputará un programa de seis citas en 2019 junto a Daniel Elena, comenzando ya en Monte-Carlo y previsiblemente disputando Córcega y Chile tal y como indican desde Francia. Las otras tres citas restantes siguen en el aire. Su contrato será de dos años y se deja abierta la posibilidad de que haya más retos lejos del WRC:
No se me ofrecieron más opciones con PSA debido a sus decisiones estratégicas. ¡Y yo no quería retirarme ya! Con esto Daniel Elena, vamos a recalar en Hyundai Motorsport con un nuevo programa para 2019 con seis rallyes. Ganar en el Rally de España reavivó mi deseo de continuar compitiendo en el WRC. Unirse a Hyundai nos dará un nuevo desafío y uno que no puedo esperar para afrontar. Me ha impresionado el enfoque del equipo y su determinación de tener éxito. Estaba fuera de cuestión mi retirada, no pude rechazar la propuesta de Hyundai, con 6 pruebas en el WRC en 2019 y tal vez… ¡Otros desafíos tan emocionantes por delante!